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NOTICIA

Coachella 2015: Día 2 con Swans, FKA Twigs, SBTRKT y Run The Jewels

Coachella 22

Por Carlos Verastegui

Medio día en el desierto de Palmeras, comienza el viaje de música en nuestro segundo día recapitulando lo sucedido en el primer día, en ocasiones es necesario digerir un poco las experiencias para poderlas traducir en pensamiento e ideas, cuando se vive tanto en tan pocas horas la pausa breve es necesaria para preparar lo que viene.

Una caminata al rayo del sol, algunos detalles fotográficos y mucha hambre son el preámbulo en el camino al festival. Lllegamos en forma para disfrutar de Jungle, dupla británica que ha vivido una carrera vertiginosa que a ellos mismos les sorprende por  momentos como lo denotan al decirle al publico: «Coachella, no esperábamos que esto estuviera tan lleno para nosotros, los queremos«, palabras más palabras menos, su show es uno de los hot tickets del día en el cual se aglomeran muchos para bailar y escuchar a una de las nuevas sensaciones del momento. «Heat», «Busy Earnin´», «Accelerate» y entre otras, hacen lo propio convirtiendo la expectativa en satisfacción.

 

Breve escala para comer y proseguir con Run The Jewels, acto que se perfila para ser la nueva propuesta de hip hop mundial. Abren con su canción homónima, el piso vibra con la gente brincando, el dueto bicolor hace suyo el Mojave Tent, el publico pierde el control y se desbordan las emociones. Será en octubre aparentemente para el Corona Capital donde podremos verlos en México y desbordarnos un poco o mucho con su latente energía.

En un contraste radical, el viaje sigue con Belle and Sebastian que emite las notas perfectas para un atardecer con tintes rosas en el cielo y mujeres coronadas en flores, tranquilidad absoluta para un atardecer de primavera. Los escoceses tocan clásicos, también canciones de su nuevo disco ante poco publico. Los jóvenes en su mayoría prefieren ver otras bandas, otros como al buen vino prefieren a los nativos de Glasgow que en cada ocasión se sienten mejor, se escuchan mejor y se disfrutan más. Se permiten subir al publico al escenario y tocar un par de canciones con ellos alrededor, Stuart Murdock canta «The Model», una chica se acerca lo abraza y mientras el sigue en plena canción, ella decide tomarse una «selfie» con él, él sigue con la canción sorprendido tratando de sonreír para la foto.

Con luz de Luna nos dirigimos para ver a Glass Animals: la carpa donde tocan se encuentra abarrotada, todos esperan escuchar «Hazey», la escuchan y todos se van… pareciera que la banda fuera definida solo por esa canción y lo que era un mar de gente, se convierte en muchos menos que deciden darle una oportunidad a la banda más allá de su hit, la oportunidad vale la pena y los chicos de Oxford hacen que se disfrute el momento con «Gooey», entre otras que permiten relajar la mente y el cuerpo al ritmo del calipso.

La siguiente parada es el escenario principal con Alt-J que, con un publico plenamente joven, se encarga se demostrar gran madurez musical, tocando canciones de sus dos álbumes, sorprende verlo tan tranquilos tocando en el espacio principal del festival. Es una banda que pareciera pensada para lograr esto desde el inicio, diseñada para ser de gusto popular sin perder la calidad que les permita la anuencia del experto.

Sin embargo la parada con el Alt-J fue más bien breve, ya que el verdadero objetivo de esa hora era Kasabian, quienes en una carpa relativamente llena –en gran medidas de muchos mexicanos que sostenían banderas mexicanas y cartones de Corona como símbolo de identidad– dieron una breve cátedra de por qué son una de las mejores bandas británicas de los últimos años. En EUA no logran aún el reconocimiento que tienen en otras partes del mundo, fenómeno similar al que pasan otras bandas como The Stone Roses o Suede, las cuales en otros años también han tocado en Coachella ante escasa audiencia. Tom Meighan y Sergio Pizzorno hacen suyo el festival por 50 minutos, con un breve repaso de sus principales hits la gente no hace más que bailar, saltar y cantar su set se puede resumir en una palabra: Euforia.

Pasamos de Kasabian a Tyler, The Creator, cuyo escenario tenia una recamara gigante y un espacio abarrotado, por momentos Jack White se escuchaba más que él, su respuesta a eso fue simple: «Han escuchado el Elephant de los White Stripes? Esa mierda es asombrosa, ese Jack es cool…. Bueno ahora a la mierda con él, sigamos«, siguió su set con una serie de rimas y pausas para burlarse de su entourage y del publico en un show mágico musical que pasó más como un stand up.

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Era momento de FKA Twigs, proyecto de Tahliah Debrett Barnett, que pareciera más apropiado para un festival de culturas populares. No de manera peyorativa, por el contrario, gracias a su diversidad en varios aspectos y arreglos de su música, así como por la propia dimensión de ella en el escenario que desborda una energia ecléctica muy particular, era la opción apropiada para relajarse un momento al ritmo de un poco de R&B y trip hop en otro lugar, no precisamente en Coachella.

La cita ahora es con Jack White que nos recibe con «Steady, As She Goes». El nativo de Detroit nunca decepciona, aunque después de verlo en ocasiones anteriores su set parece un poco monótono, carece de la energía necesaria para conquistar al publico en su totalidad, quien aprovecha el momento para sentarse en el pasto, platicar y recabar energia para lo que aun queda de la noche.

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Con «Seven Nation Army» de fondo corremos a los brazos de SBTRKT, quien nos recibe con un breve retraso, empieza con tranquilidad para seguir con «Wildfire» que dio la nota al publico para disfrutar lo que esperaban de él. Terminada su más reconocida canción, al momento la gente desapareció dejando el area libre para los verdaderos amantes de sus ritmos oscuros que por momentos nos remiten a Massive Attack o Tricky. Este artista es un camaleón que pareciera dar el correspondiente caramelo pop sin comprometer por eso su calidad o meta musical final. Invita a Ezra Koenig al escenario para interpretar «New Dorp, New York», le quedan algunos minutos que inunda con tenues caramelos musicales para los ahí presentes.

El día termina más no culmina con The Weeknd, que vislumbra tener más éxito en el escenario principal que el mismo Jack White, con un publico en su totalidad joven y un montaje de escenario sobrio pero fino, Abel Tesfaye hace lo propio. Toca sus éxitos, los jóvenes lo corean, él con apenas 25 años dice al publico «Esta es la mejor noche de mi vida«. Parece que los tiempos han cambiado, el escenario principal y su publico lo saben, otros aún nos aferramos a tiempos pasados.

He aquí Swans:

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