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COBERTURA

Reseña: ‘Asunder, Sweet and Other Distress’ de Godspeed You! Black Emperor

a43ecff4Asunder, Sweet and Other Distress
Godspeed You! Black Emperor
Constellation Records
75%

Por Ernesto Olvera / @Ernestime

Godspeed You! Black Emperor siempre han sido claros con su mensaje: les importa un carajo la opinión de los demás. Con su Allelujah! Don’t Bend! Ascend! se ganaron el prestigiado Mercury Prize y eso no significó absolutamente nada para ellos. Es más, ni siquiera se tomaron la molestia de asistir a la ceremonia para recibir su reconocimiento y, semanas después, declararon que aunque estaban muy agradecidos, no podían quedarse con el dinero que les estaban ofreciendo y en lugar de eso, optaron por donarlo a una escuela de música.

Esos pequeños detalles describen a la perfección el espíritu de Godspeed desde su nacimiento. A ellos no les interesa fijarse tanto en lo que les ocurre, sino en lo que está pasando en su entorno. La claustrofobia, la tensión y los conflictos sociales que atormentan a la faz de la tierra son los principales motores que los han llevado a crear canciones monumentales durante casi dos décadas. No importa si es post-rock, doom o un estilo que alimente las volcánicas guitarras de su incomparable universo, al final del día su ideología no ha sido deformada ni ha sufrido alguna alteración con todo y el tiempo que se tomaron antes de regresar con Allelujah! Don’t Bend! Ascend!; un álbum compuesto de canciones que no necesariamente eran algo nuevo, pero si eran el retrato de un ensamble que revivió como un fénix dispuesto a conquistar los terrenos que alguna vez fueron suyos.

A tres años de su aparición, la banda volvió a la vida para entregar una producción que si bien carece de poder y la clásica complejidad que hacía que a lo largo de sus composiciones se narraran experiencias de vida si siquiera decir una palabra, es un material que viene a demostrar que Godspeed sigue estando en su mejor forma y que su sonido está pasando por un proceso de madurez traducido en drones, distorsión y momentos ambientales con los que crean un puente que vincula los meditativos arreglos de «Peasantry or ‘Light! Inside Of Light!'» con las devastadoras guitarras que nos acercan al climax de «Piss Crowns Are Trebled».

Asunder, Sweet And Other Distress no es un álbum demasiado complejo como los demás lanzamientos de Godspeed, incluso podría decirse que el material más accesible de la banda, ya que por momentos la instrumentación que va implementando Efrim Menuck emite las mismas vibraciones sonoras que aparecen en Fuck Off Get Free We Pour Light On Everything de Thee Silver Mt. Zion. Sin embargo, los riesgos y los momentos apocalípticos siguen haciéndose presente en los drones que en años recientes se han convertido en un emblema .

En «Lamb’s Breath»  se esconde un peculiar chasquido de platillos y pequeños escapes sonoros que se reproducen como un loop que sirve como una nebulosa capa que poco a poco va pudriendo todo lo que está a su paso. Este segmento es eso que ocurre con el paisaje que se puede apreciar en la portada del álbum. La nube de gas que minuto a minuto va marchitando, matando y devastando lo que está a su alcance, es lo que va abriendo las posibilidades de acabar con la humanidad como la conocemos, para dejar que brote una nueva sangre, una con la que el mundo vuelva a adquirir su valor natural.

El puente que está al centro de «Asunder, Sweet» es meditativo, estimulante y embrujante. No hay otros adjetivos que puedan describir las vibraciones que va dejando a su paso. Por momentos es como si se estuvieran reproduciendo los primeros segundos de un álbum de Sunn O))), ya que las desorientadas armonías que existen en ambas canciones portan con la misma pesadez con las que Stephen O’Malley suele sumergirnos en su granoso imperio.

Pero esas referencias pasan a segundo plano porque estamos hablando de Godspeed y, si algo tienen, es que sin importar los giros que le den a su sonido o las limitaciones que se pongan a la hora de componer un álbum como este, al final Godspeed solamente suena a Godspeed, y su camaleónica esencia es vital en el mundo del post-rock, más cuando parece que el género ha entrado en una monotonía con la que se siente insuficiente. Por fortuna, Menuck y compañía siguen teniendo una notable estabilidad con la que pueden mantener de pie la arquitectura de un imponente monumento como «Piss Crowns Are Trebled». Desde el inicio las guitarras suenan enojadas, con una furia que nunca antes se había escuchado en una de sus canciones, ya que hay que tomar muy en cuenta que los ensambles de media hora que solíamos encontrar en álbumes como Lift Your Skinny Fists Like Antennas to Heaven, se iban desarrollando con una impresionante delicadeza con las que eran capaces de conmover a una persona hasta las lágrimas. En este climax, las lágrimas desaparecieron para hacer que el sufrimiento y el dolor de esa persona se rebele y se haga justicia con sus propias manos.

Asunder, Sweet and Other Distress no es espectacular, pero es un álbum muy bien estructurado en el que una vez más siguen demostrando que tienen unas habilidades musicales sumamente impresionantes. No importa si el álbum no logra superar la inmensidad de Allelujah! Don’t Bend! Ascend!, Godspeed You! Black Emperor es una imponente entidad que seguirá siendo contemplada por nosotros y las nuevas generaciones como una obra de arte que sobrevivirá ante cualquier catástrofe natural. Ya saben, es Godspeed y no hay absolutamente nada que pueda derrumbar las paredes de poder que construyen con emociones.

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