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COBERTURA

Ansiedad, escalofríos, es el alma que pena en lo nuevo de Prurient

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La insanidad, la desesperación y el monumento sonoro a la catarsis continúa su curso. Dominick Fernow y su imponente alías de Prurient no tiene contemplado bajarle a los niveles de tensión que se viven en cada uno de sus discos. Sin embargo, con Frozen Niagara Falls las cosas están sonando aún más devastadoras, no hay piedad alguna en el álbum y el tercer extracto que se desprende de él, es el más claro ejemplo de la pesadilla que se estará apoderando de sus pensamientos en mayo.

Prurient se fue consolidando como uno de los exponentes más fuertes del noise desde los primeros días de la década pasada. No es un extraño en realidad, pero estamos consientes de que no todas las personas pueden experimentar con gran facilidad lo que hace dentro de estos terrenos, en los que incluso ha llegado a experimentar con estilos un poco más accesibles como el techno.

En Frozen Niagara Falls no encontrarán ese lado ‘amigable’ de Prurient, al contrario, en este álbum doble se vive una apabullante catarsis que marca un parteaguas entre el pasado, el presente y el futuro de Dominick Fernow. En canciones como «Frozen Niagara Falls (Portion One)» vive penando un alma que no encuentra una manera de liberarse y purificarse.

Escuchen estos ocho infernales minutos en los que llega el 12 de mayo para escuchar cada uno de los tracks de Frozen Niagara Falls, ya que ese será el día en el que se pueda adquirir una copia con Profound Lore.

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