Por Ernesto Olvera
Fotos Fresale
A veces da la impresión de que no importa lo que haga Foals en sus discos de estudio, ya que al final lo que estarán haciendo sobre el escenario tendrá un valor aún más fuerte. Ese valor es provocado por las excelentes habilidades que tienen como músicos, su carisma y la forma en la que Yannis suele interactuar con el público, cosa que es correspondida directamente con aplausos y un sentimiento colectivo que hace que sus presentaciones sean memorables.
Foals es garantía y en cada uno de los conciertos que han dado en nuestro país, solamente han servido para reafirmar el poderío que tienen dentro del circuito musical del Reino Unido. Sí, tal vez en sus inicios la energía de la banda se alimentaba de la esencia del math-rock y el furor del denominado ‘indie rock’, pero con el paso de los años, su sonido se ha ido fortaleciendo de un modo en el que cada uno de ellos deja en evidencia la indiscutible madurez por la que han atravesado lírica y musicalmente.
Hago mención de todo eso porque lo que presentaron la noche de ayer en el Pepsi Center fue el más claro reflejo de lo que debe de pasar con una banda que, sin hacer discos que sean perfectos de principio a fin, tienen todas las herramientas para hacer que su nombre sea demasiado respetable y que reciba un cariño super fiel por parte de todas las personas que se dieron pie en el lugar para cantar y bailar desde el momento en el que tomaron el escenario; esto mientras iba sonando cada vez más fuerte el climax de la épica «Death» de Viet Cong.
De algún modo se puede decir que el disco de Viet Cong se sentía como el mejor acto abridor de la noche, ya que su intensidad se adapta perfecto a las emociones que iban brotando del lugar cuando sonaban los clásicos de Antidores como «Olympic Airwaves», «Balloons» y «Red Socks Pugie». Esta es una de las más grandes virtudes de Foals, ya que son capaces de adaptar sin complicación alguna la energía de su debut, la melancolía de Total Life Forever y el color de sus recientes discos en un setlist que no deja de crecer conforme va desarrollándose.
Obviamente Yannis no pudo dejar pasar la oportunidad para hacer mención del show que tuvieron que posponer el año pasado, lo cual se vio increíblemente bien compensado por la banda cuando tocaron sus demoledoras «Providence», «What Went Down» y por supuesto, «Inhaler». El concierto en general cumplió con absolutamente todo lo que se esperaba ya que de nueva cuenta los asistentes se encargaron de hacer que el ambiente fuera el ideal -aún con el terrible viento del exterior- para volver a aplaudir y bailar al ritmo de «Two Steps, Twice».
A estas alturas del partido, podemos decir que Foals jamás dará un mal concierto y que sin importar lo que venga para ellos en los próximos años, su nombre ya está más que consolidado. Además, siempre es un placer suspirar con «Spanish Sahara».
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