Foto Fresale
Por José Ignacio Hipólito
Hace 12 años, el Antiguo Edificio Nafinsa fue sede de la legendaria primera presentación de Mogwai en México. Acababan de lanzar su quinto álbum de estudio, Mr. Beast y habían pasado 9 años desde que la banda se había formado en Glasgow, Escocia. Era probablemente la mejor época para verlos en vivo, pero no todos pudimos estar ahí.
En el 2008 regresaron con otro gran álbum, The Hawk is Howling, y tocaron en el Pabellón de Alta Tecnología, en un concierto que seguramente fue igual o más de catártico que el primero, pero una vez más, no todos pudimos estar ahí.
En la segunda edición del Corona Capital, Mogwai tocó entre Austin TV y Coheed and Cambria, y probablemente sintieron que les faltó algo, porque un año después regresaron a El Plaza. Una vez más, no todos pudimos asistir.
En la edición 2017 la banda de post-rock escocesa regresó, esta vez con su álbum Every Country’s Sun, pero al no haberle hecho justicia ni a su nueva música, ni a sus fanáticos, decidieron volver. Y esta vez no todos nos perderemos esta presentación.
Aprovechando su regreso tuvimos la oportunidad de platicar con Barry Burns, el virtuoso multi-instrumentista de la banda.
Filter: ¿Crees que el álbum como una “obra” –es decir, una colección de canciones que transmiten un mensaje o un sentimiento- ha perdido su impacto?
Barry Burns: Probablemente sí, pero si eres como yo, probablemente solías saltarte las canciones que no te gustan, así que tal vez no sea malo del todo. Aun así, creo que la manera en la que compongo no ha cambiado por ello. Siempre he escrito canciones sin planearlo, y siempre será así.
B.B: Sí, concuerdo. Es muy molesto, especialmente porque la gente que hace videos desde sus teléfonos probablemente nunca los volverá a ver de nuevo. Cuando yo solía hacerlo, nunca los volvía a ver. Pero, ¿quiénes somos nosotros para dictar lo que la gente puedo o no puede hacer durante un concierto?
Entonces, en cuanto a tu pregunta. No, no afecta la manera en la que planeamos un show.
F: La nostalgia ha invadido nuestra cultura, y ha obligado a muchas bandas de los 90 a vivir de lo que solían hacer hace 20 años, ¿ustedes han experimentado esto de alguna manera?
B.B: No lo siento tanto como una invasión, porque muchas veces tenemos que mirar atrás para seguir adelante. En lo que concuerdo es que a veces puede ser excesivo y hay instancias en la que la nostalgia no es necesaria. No es algo en lo que haya pensado muy a fondo, la verdad.
F: La música de Mogwai es muy cinemática, y desde el 2006 han estado trabajando en diferentes proyectos cinematográficos, ¿es más fácil componer una canción cuando ya hay algo escrito en lo que te tienes que inspirar?
B.B: Es agradable que alguien –un director en este caso- te pida que hagas música para una emoción, pero no es más fácil componerla e intentar hacerla sonar bien. Y nunca es el mismo proceso, hemos hecho unas pocas y con esta experiencia no creo que pudiéramos hacer una plantilla de trabajo.
F: Con una carrera de más de 20 años, debe haber canciones que deben tocar siempre en un concierto, ¿cómo mantienen estas canciones emocionantes para ustedes que las han tocado por tantos años?
B.B: Sí, supongo que hay varias canciones, pero las tocamos porque siguen siendo emocionantes de interpretar. Ocasionalmente se vuelven aburridas, pero después de dejarlas de tocar un día o dos, todo vuelve a la normalidad.
Lo único que le debemos a la audiencia es un buen show todas las noches, eso es todo.
B.B: No tengo ningún problema si nuestros fanáticos creen que les pertenece la música, de hecho es bastante emocionante. Yo siento eso mismo por muchas bandas.
F: Actualmente hay una gran oferta de festivales de música alrededor del mundo, y ustedes han tocado en muchos de ellos, incluyendo en la edición del 2011 y 2017 del Corona Capital. ¿Les gusta más tocar para grandes audiencias que no necesariamente están ahí para verlos a ustedes, o prefieren tocar para sus fanáticos?
B.B: No importa para quién toquemos, siempre damos lo mejor de nosotros, inclusive cuando es un festival. A veces la diferencia es obvia, en los festivales, la gente se nos queda viendo y escuchando silenciosa, pero a veces la gente se vuelve loca, y eso es divertido. Supongo que depende de muchas variables.