Por DANIEL OCARANZA
Foto VICTOR HUGO
Prendas negras, peinados estrafalarios y maquillaje bien impregnado, estaban listos para dar la bienvenida de nueva cuenta a la ciudad de México a una de las bandas señaladas por haber comenzado a explorar las sendas electrónicas: Front 242. Pasaban de las 21:30 horas y ya se podía notar que la impuntualidad no está exenta en Bélgica; mientras tanto, los presentes aprovechaban la tardanza para avivar piernas y brazos al ritmo de temas como “We Believe” de Ministry o “Rotation (Axis Off)” de Leæther Strip.
Después de algunos minutos, abruptos beats estimularon desde el interior de cada cuerpo las ganas por ser testigos del denominado Electronic Body Music, y todo comenzó con su tema incluido en su álbum de 1991, ‘Tyranny (For You)’, “Moldavia”, el cual con su marcada y categórica frase “Stand up, you electronic insect, stand up, you electronic force”, reafirmaba la avidez de los presentes por ser oidores de más música de los oriundos de Aarschot.
Duras y ásperas voces, percusiones constantes, y sonidos que cortejaban con lo espacial era lo que Jean-Luc De Meyer y compañía ofrecían arriba del escenario, en medio de juegos de luces y proyecciones. Después de algunos temas transcurridos, tras un anuncio anticipado, llegó “Together”, y con ello una explosión en la audiencia, misma que se veía reflejada en los sonidos y voces que se palpaban en su tema lanzado en el 2003, y que sirvieron como introducción para aquel hit de décadas pasadas en la escena electrónica e industrial, acreedor de decenas de remixes, “Headhunter”.
Sin embargo no todo fueron momentos alborotadores y estrepitosos; a mitad del show, quienes estaban a cargo de la exhibición con más de 15 álbumes musicales como respaldo, demostraron también saber dirigirse por caminos más reposados, permitiendo así que reinara un aplacamiento en los ánimos y sin duda evidenciando al mismo tiempo que una trayectoria de más de 30 años les permite ostentar diversos matices a su público.
Los sonidos chillantes y envolventes que merodeaban el José Cuervo Salón predominaban en el ambiente, hasta consumarse en los oídos como una especie de boomerang que no paraba de atronar. Todo se vio rematado cuando los belgas llevaron a cabo su pieza “Welcome To Paradise”, en donde la irónica frase “No sex until marriage”, permitía saborear el pronunciado sonido de Front 242 y distinguir la potencia y el dinamismo que desde hace décadas los caracteriza, ese que permite reconocer su ingenio electrónico y su fulminante y explosivo trabajo, mismo que es, y seguirá siendo, capaz de influenciar nuevos sonidos.