This World Is Not Enough
Marching Church
Sacred Bones Records
69%
Por Ernesto Olvera / @Ernestime
Marching Church siempre ha sido como una dictadura para Elias Bender Rønnenfelt. Aún cuando podría pensarse que trabajar en solitario le daría una mayor libertad y podría explorar terrenos que lo hagan sentir más cómodo con su persona. Sin embargo, sus conflictos internos terminaron por orillarlo a alejarse un poco de este proyecto para dedicarle todo su tiempo y espacio a Iceage. Esa fue la mejor decisión que pudo tomar para fortalecer sus habilidades como compositor, como cantante y como humano, ya que las canciones de la banda pasaron de ser un frenético y poderoso infierno, a una moldeada escultura de barro que sirve para depositar nuestro corazón en ella.
Luego de lanzar su esencial Plowing Into The Field Of Love, Elias volvió a reactivar Marching Church de un modo inesperado y un tanto inusual en su vida, ya que después de haber lanzado un par de EP’s con Posh Isolation y sencillos en los que mezclaba los tonos nítidos del neo-folk a la Death In June con las oscuras atmósferas de Burzum como en «Through The Borders», ahora nos presenta un álbum en el que todo eso fue reemplazado por una producción muchísimo más estructurada y pulcra con la que su voz siempre se encuentra al centro de las canciones. Ese elemento es el protagonista en This World Is Not Enough, ya que los instrumentos sólo funcionan como un respaldo que va estimulando a profundidad las imágenes que se iban formando en la mente de Elias después de haber reclutado a varios de sus amigos para hacer de Marching Church una banda completa.
Esas imágenes son un misterio, pero los panoramas que se fueron dibujando en su cabeza fueron a causa de un concierto que ofreció con Pharmakon en un mítico venue llamado Mayhem. Ahí fue donde decidió incluir en su montaje en vivo a Frederikke Hoffmeier (mejor conocida como Puce Mary), Bo H. Hansen, Cæcilie Trier de Choir of Young Believers, Kristian Emdal y Anton Rothstein de Lower. El resultado de ese experimento es algo inexplicable, pero al final todo se basaba en algo que nunca había hecho Elias en la vida de Marching Church: improvisar.
Partiendo de ahí, todo en This World Is Not Enough tendrá todo el sentido del mundo, ya que si bien la estructura de las canciones tiene un notable volumen de fuerza, hay momentos en donde la instrumentación cuenta con las bases de una sesión de improvisación de jazz de cabaret como en «Every Child (Portrait Of Wellman Braud)»; canción en la que por momentos evoca la desesperación emocional que vive en el legado de David Tibet. El álbum está repleto de referencias de artistas que tuvieron un gran impacto en Elias desde su niñez, los cuales van desde David Bowie y Nick Cave, hasta James Brown, eso hasta cierto punto hace que en ocasiones todo se sienta vacío, que no tenga emociones y que termine siento un poco frustrante considerando los grandes nombres que estuvieron involucrados en él.
Por otro lado, resulta muy interesante escuchar la forma en la que adaptaron canciones que ya habían sido lanzadas en compilados de Posh Isolation como «Living In Doubt» y «Hungry For Love». Las versiones originales son oscuras, opacas y desorientadas, incluso es casi imposible distinguir lo que Elias está diciendo por la distorsión que existe en ellas. Las versiones que hay en esta producción son imponentes y dejan expuesto el seductor hedonismo con el que el álbum puede convertirse en el confidente de obsesiones nocturnas basadas en el sadismo del erotismo.
‘Desaprobando la dictadura del orgasmo, soy el monstruo idiota que saliva delante de la carne, y me encuentro otra vez con este objeto obscuro, que despierta mi sentido de soledad‘ – Esas son las líneas que se escuchan en los minutos introductorios de «Hungry For Love», en la que naturalmente se comienzan a liberar esas humeantes vibraciones con las que comprueba que Marching Church sigue siendo la dictadura que lo tenía atado en el pasado, pero con ayuda de sus compañeros, esta banda se ha convertido en un gigante que puede demoler todo lo que está a su alcance.
La solidez que existe en This World Is Not Enough está presente en tres momentos: Uno de ellos es «Living In Doubt», en la cual finalmente se puede percibir al natural la voz de Frederikke en medio de un camaleónico bajeo, cosa que hasta cierto punto es algo legendario puesto que como Puce Mary suele refugiarse en hipnóticos loops y efectos con los que provoca una catarsis con la que explora los estigmas sexuales que hay en la sociedad. «Up A Hill» es un todo un monumento que se va construyendo con el paso de los minutos a base de percusiones, sonidos que se repiten una y otra vez para dar paso a una marea que nos acerca a una explosión de poder que, una vez dentro de ella, podrán contemplar a la perfección el improvisad instinto que llevó a Elias a transformar este proyecto en una banda real, ya que siempre ha pensado que hablar de Marching Church como un ‘proyecto alterno’ es algo degradante.
This World Is Not Enough podría ser un manifiesto danés de lo que está ocurriendo en el circuito DIY de la música experimental y del punk que ha sido impulsado por Posh Isolation y Sacred Bones, algo así como lo que ocurrió con No One Dances Quite Like My Brothers de VAR. Sin embargo, aún con los momentos más consistentes del álbum y de que Elias se encuentra en su punto más alto como compositor, las canciones no se sienten como si estuvieran llegando a algún lugar, están perdidas y dispersas en un mundo sin equilibrio. Pero el romance sigue ahí, la honestidad y el amor que tiene este colectivo para hacer música es algo que siempre es necesario en la humanidad, aún cuando el mundo no sea suficiente para satisfacer todos nuestros deseos.