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RESEÑA

Cut With The Cake Knife
Rose McDowall
Sacred Bones Records
80%

Por Ernesto Olvera / @Ernestime

Rose McDowall es una leyenda viviente que por alguna extraña razón sigue sin recibir el crédito que se merece. Por otro lado, es ahí donde recae todo el respeto que se le tiene y lo emblemática que resulta su persona debido a los misterios que se han ido construyendo alrededor de ella desde que Strawberry Switchblade llegó a su fin.

El trabajo que realizó con su ex compañera Jill Bryson era de lo más subliminal, ya que la estética girly y sus atuendos de color parecían ser utilizados para ridiculizar a la enorme camada de proyectos pop de los 80, ya que la temática de sus canciones siempre tenía una fascinación por la muerte y los sentimientos impuros que más tarde se terminaron apoderando del corazón de Rose McDowall. Y eso no se los digo como algo ficticio, sino que realmente comenzó a tener una enorme obsesión por prácticas como la magia negra al haber desarrollado vínculos muy fuertes con freaks de la talla de Genesis P-Orridge, Boyd Rice y Douglas P.

Partiendo de ahí, tiene sentido que al final Rose McDowall no pueda ser considerada como una figura pop, ya que su carrera como solista fue explorando terrenos sumamente oscuros que hasta la fecha, no toda la humanidad puede comprender a la perfección por la apatía con la que se despierta día con día. Sin embargo, con la reedición de Cut With The Cake Knife existe un sentimiento de esperanza con el que su voz finalmente llegará a las masas y tendrá el reconocimiento que debió de haber recibido desde que le dio vida a las canciones más pasionales de la vida con Sorrow, sin mencionar las alteraciones satánicas que hizo con Boyd Rice de canciones que escuchaban sus papás con el alías de Spell.

Cut With The Cake Knife es un álbum bastante intrigante y al final del día es inevitable no sentirse un tanto frustrado por su belleza. Si bien las canciones no tienen una estructura musical que se asemeje a la acústica o los proyectos de neo-folk en los que se vio involucrada como Death In June, si existen referencias bañadas en nostalgia a varios de sus exponentes como el caso de David Tibet de Current 93 en, obviamente, «Tibet». La sección rítmica es muy simple: tiene una contoneante percusión, armonías bastante dulces y una discreta guitarra que acompañan en todo momento líneas como ‘I don’t want you to go but can’t ask you to stay, I wish I could change your mind but wishes sometimes die‘.

La canción tiene un mensaje bastante poderoso dentro de su amigable en torno, y éste es el caso del resto de las canciones con las que nos hace pensar que, si éste hubiera sido el segundo álbum de Strawberry Switchblade, probablemente habrían cambiado de forma radical la manera en la que se estaban haciendo las cosas en la década de los 80. Pero obviamente fue muy sano que Rose McDowall decidiera alejarse de todo eso para crear sus propios mundos al dejar que la oscuridad y la tristeza se apoderaran de su ser. Gracias a eso cualquier textura llena de color puede emitir una singular dosis de nostalgia como en «Sunboy», canción en la que nos va recitando un poema sobre cómo fue que aprendió a vivir con mentiras.

Su voz siempre está al centro de todo lo demás, cosa que en definitiva le da un toque más especial a los tonos angelicales de «Sixty Cowbows» y «On The Sun». Por otro lado, hay cortes que sin problema pudimos haber encontrado en un disco de Talk Talk o Duran Duran como «So Vicious», aunque obviamente de haber sido así las cosas se habrían salido de control en su carrera.

Rose McDowall es un caso especial y difícilmente se puede comparar con alguien más. Aún con todo lo que pueden escuchar en Cut With The Cake Knife, hay una leyenda que muchos han dicho que es verídica, en la cual se menciona que durante una de las sesiones de grabación del álbum se super encabronó porque una toma no salió como ella quería. ¿Qué hizo? Nada, solamente se le quedó mirando fijamente a la grabadora hasta que terminó ardiendo en llamas. Obviamente son cosas que los mortales no podemos comprobar, pero su amor por las prácticas ocultistas y escenarios ritualisticos, hicieron que su nombre fuera venerado por ser algo de culto.

Esta producción originalmente fue concebida a finales de los 80 y de la nada apareció en una edición en cassette en los 90, así como en una en CD en 2004. Sin embargo, es hasta éste año cuando recibió un lanzamiento oficial por parte de Sacred Bones y Night School Records, los cuales además de encargarse de rescatar las grabaciones de Cut With The Cake Knife para masterizarlas y publicarlas en vinilo, son los responsables de hacer que su cover a «Don’t Fear The Reaper» de Blue Oyster Cult deje de estar viviendo de forma ilegal.

Es muy complicado hablar de un álbum que durante varios años permaneció en el anonimato, en las sombras y que de algún modo estuvo brillando en un baúl abandonado al estar cegados por una enorme cantidad de bandas y proyectos que solamente nos han vendido espejitos. En Cut With The Cake Knife tienen acceso a un documento histórico con el que también terminarán venerando la imagen de Rose McDowall y a su exquisito legado para unirse a su culto.

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