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COBERTURA

Almas frías: Drab Majesty en Bahía Bar

Por Ernesto Olvera / @MyBlogCliche
Fotos Gazapo Indómito

La magia y las prácticas ocultistas siempre tendrán un encanto muy particular que gira en torno a su misterio. No cualquiera puede sumergirse en su teoría debido al complejo universo mental que se puede desarrollar en el interior de las personas con solo dar un paso al frente. Sin embargo, una vez que logras establecer un control sobre la teoría, se pueden poner en práctica los conocimientos adquiridos en distintas expresiones de arte, en lugar de seguir los patrones cliché con los que suele ser asociada la magia y el ocultismo.

En el caso de Deb DeMure, constantemente está fortaleciendo sus conocimientos dentro de ambos temas para tener un pensamiento mucho más complejo y con el que pueda moldear a su antojo la visión futurista de Drab Majesty, proyecto que decidió formar luego de concebir el álter ego de Deb; ya que cabe mencionar que en realidad se trata de Andrew Clinco de Marriages.

Drab Majesty tiene un sonido muy exquisito que se vincula fácilmente con la magia; ese envolvente encanto que solía se diseñado por Cocteau Twins y las tonalidades sombrías del post-punk de la vieja escuela, son tan solo algunas de las cosas que hacen que su universo resulte muy rico en cuanto a su belleza.

La comunicación entre Deb y su colega, Mona D, fluye en un estado completamente natural que poco a poco nos convierte en el confidente ideal de la narrativa que se desarrolla dentro de canciones como «39 by Design», canción que en su primer concierto en la CDMX fue recibida con una dosis de amor que nos hizo pensar con nostalgia en aquel suceso del culto Heaven’s Gate que, dentro de sus ideales, pensaban que después de quitarse la vida estarían reencarnando en una nave que los llevaría fuera de éste mundo.

El deseo de morir y el arte de renacer, es abordado a la perfección por Drab Majesty. Esto no solo en su formato de estudio, sino también en el montaje escénico que tienen. A veces tiene una orientación más teatral y en otras, como el que mostraron en Bahía Bar, tiene un porte mucho más simple donde solamente le dan prioridad a la elegancia y la belleza que se desprende de cada acorde de guitarra, las máquinas de percusión, el reverb en la voz y el brillo que emana de su tono blanquezco.

No hace falta que tengan una interacción constante con las personas. Con solo un par de señas con las manos, el acomodo de sus lentes como si se tratara de un cíclope y de una presencia que destila energía, la dupla generó un encanto inmediato con canciones de su excelente The Demonstration: «Dot In The Sky, «Kissing The Ground», «Cold Souls» y por supuesto, «Not Just a Name».

Aunque obviamente el audio del Bahía Bar no es el mejor de todos, eso no impidió que «Too Soon To Tell» fuera coreada (!) por las personas que se encontraban frente a ellos y que recibieran con los brazos abiertos los cortes de Careless como el caso de «Hallow», «Unknown to The I» y «The Foyer».

Esta fue una noche que será recordada como una leyenda, ya que ver a Drab Majesty en vivo es como contemplar una imponente obra de arte.

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