Por Ernesto Olvera / @MyBlogCliche
El denominado «Sueño Americano» siempre ha estado cubierto de ironías, pues aunque de entrada representa una puerta repleta de posibilidades de crecimiento, al mismo tiempo esconde una de las batallas más oscuras, turbias y crudas de una sociedad que generación tras generación se encarga de cerrarle la puerta a personas que llegan a Estados Unidos con la ilusión de tener una mejor vida.
Es un sueño que todo aquel que intenta experimentarlo se enfrenta a una pesadilla de la que no puede despertar, ya que a su pasó se va encontrando con barreras, limitaciones, experiencias de vida y muerte que en lugar de mostrarnos una colorida imagen del sueño americano, se convierte en una postal agridulce de desesperanza.
The Flaming Lips es una banda que con el paso de los años ha construido su propio universo; podría decirse que esa burbuja en la que está metido Wayne Coyne mientras los vemos en vivo. Sin embargo, esa burbuja no es la representación de una banda que está aislada de lo que sucede a su alrededor, sino que adopta cada una de sus experiencias para canalizarlas en canciones que no solamente alimentan el espíritu, sino que sirven para tomar un segundo aire en medio del colapso.
Por esa razón tiene sentido que American Head sea el nombre de su nuevo álbum, pues a lo largo de su narrativa van abordando distintos de los aspectos que caracterizan a la mayor parte de su sociedad, así como las experiencias personales donde se dejan conducir por las emociones genuinas que se esconden en su ser al enfrentarse a la muerte.
‘As we destroy our brains to make believe we’re dead, It’s the American dream in the American head’ es una de las líneas más directas que aparecen en «At The Movies Of Quaaludes», y que de cierta manera representa un puente entre el acústico sentimentalismo de las primeras cuatro canciones y los segmentos espaciales de su segunda mitad, pues después de habernos entregado materiales donde jugaban con la psicodelia más abrasiva como Embryonic, The Terror y King’s Mouth, en esta ocasión vuelven a sumergirse en la dulzura de The Soft Bulletin.
Wayne Coyne es un especialista en abordar el lado más bello del mundo desde el ángulo más crudo y realista, tal y como en su momento lo hizo al escribir la línea ‘Do you realize that everyone you know someday will die?’, pues digamos que dentro de toda su fascinación por acercarnos a nuestro lado más humano, también nos pone frente a frente con las situaciones que tratamos de ignorar, pero que tarde o temprano serán parte de nosotros.
Ese es uno de los pilares que ha mantenido de pie su universo durante más de tres décadas, por lo que American Head es el reflejo del largo camino que han recorrido para mostrarse en su mejor forma y que además constantemente nos están invitando a formar parte de él, comenzando por las múltiples colaboraciones que han desarrollado con artistas como Nick Cave, Neon Indian, Phantogram, Deap Vally, Miley Cyrus y, en esta ocasión, con Kacey Musgraves en dos de los mejores momentos del álbum: «God And The Policeman» y «Flowers of Neptune 6».
The Flaming Lips es una banda que con cada disco se sigue reinventando; va más allá de lo posible para compartir su visión personal de la humanidad. Por eso son dueños de su propio mundo y American Head es una sólida invitación a visitarlo para tener un contexto mucho más claro de la situación por la que estamos pasando, ya que al ser publicado en uno de los episodios más irreales de nuestra existencia, cada una de sus canciones resulta vital por la claridad, la honestidad y la sencillez con la que se va desenvolviendo.