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NOTICIA

No Colaboraciones: The Weeknd en el Super Bowl fue sobre la música

Cada show del medio tiempo del Super Bowl suele generar un alto nivel de expectación por la tradición que se ha construido alrededor de él y las luminarias que han figurado sobre su escenario, tal es el caso de Michael Jackson, Prince y Beyoncé.

La historia siempre suele ser muy caprichosa al momento de hacer comparaciones (muchas de ellas bastante forzadas) donde parece que los artistas deben replicar exactamente lo mismo que hicieron otros en el pasado: coreografías abrumadoras, colores, coreografías, efectos de luz, más coreografías y colaboraciones que tienden a maquillar lo flojo que puede ser un espectáculo sin todo eso.

Pero aquí estamos: mal acostumbrados en una época dominada por una pandemia que no ha disminuido en absoluto, lo que pone sobre la mesa otras discusiones respecto al show que presentó The Weeknd en el Super Bowl: ¿Debía obligar a personas que viven en otros países para que estuvieran 20 minutos a cuadro con él? ¿O mejor soltar dinero de su propio bolsillo para presentar lo que mejor sabe hacer de forma individual?

Por otro lado, fue muy curioso ver que una gran mayoría de personas estaba más enfocada, emocionada y angustiada por ver si aparecería Daft Punk, Rosalía o Maluma, que por ver cómo podría desenvolverse Abel Tesfaye en un escenario como ese, justo cuando desde hace unas semanas fue muy claro al decir que no tendría colaboraciones y, partiendo únicamente desde la obviedad, el encabezado decía: «The Weeknd en el Super Bowl», no «Daft Punk en el Super Bowl» (lo que se repite cuando Coachella o cualquier festival en el mundo está por anunciar su cartel…).

En este texto no nos pondremos a juzgar la producción o las luces como suele suceder en Twitter.com, pues no aplicaremos la de ser expertos en un tema en el que no nos especializamos, pero aunque la presentación de The Weeknd en el Super Bowl no fue la mejor de todas, tampoco fue la peor, e incluso tuvo un par de momentos de plena lucidez donde parece que le dio una mayor prioridad al elemento musical.

¿Cómo? Además de hacer alusión a los ya mencionados Daft Punk con «Starboy» y la figura casi triangular que iluminaba el escenario, incorporó «House of Balloons» a su breve set con el sampleo del clásico «Happy House» de Siouxsie & The Banshees, cosa que nunca en la vida pudimos haber imaginado que pasaría en un Super Bowl o en una transmisión con ese alcance mediático (como cuando sonó «Running Up That Hill» de Kate Bush en los Juegos Olímpicos de Londres).

Naturalmente «Happy House» no sonó completa, pero fue parte de un mash-up que incorporó las percusiones de «The Emperor’s New Clothes» de Sinead O’Connor para dar pie al «Blinding Lights».

Además de Siouxsie, Sinead O’Connor y el guiño a Daft Punk, el director musical de la presentación fue Daniel Lopatin (aka Oneohtrix Point Never), así que aunque no tuvo invitados de lujo o cosas despampanantes sobre el escenario, la aparición de The Weeknd en el Super Bowl se encargó de darle una proyección mediática a aquellas figuras que deberían de estar recibiendo un reconocimiento de ese calibre; aquellas que realmente centran todo su trabajo alrededor de la música, solo basta recordar su primer mixtape con sampleos de Cocteau Twins y Beach House, sin mencionar su reciente colaboración con Chromatics.

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