Por: Steff Torres / @stefftorress
«Escribo porque me resulta un placer que no puedo traducir. No soy pretenciosa. Escribo para mí, para sentir mi alma hablando y cantando, a veces llorando…» – Clarice Lispector
Escuchar a Silvana Estrada es dejarse sentir, el corazón arde, la piel se enchina y algunas lágrimas acarician las mejillas. Es admirar la belleza de una flor como su álbum Marchita. Un disco que tomó alrededor de dos años en construirse, que ha permitido tanto a su autora como a sus escuchas desbordarse en distintas etapas y vivencias.
“Este proceso de marchitarse y volver a nacer es muy bonito. Hay que tomar en cuenta que siempre para renacer hay que marchitarse. Este disco fue un poco ese volver a lo esencial, para desarrollar algo a partir de eso, al terminar Marchita fue un «y ahora ¿qué quiero hacer?», ir construyendo, guardando los aprendizajes y crearme como persona después de un proceso que acaba.”
Este tour ha llevado a Silvana a escenarios de diferentes continentes, conectando en todos con personas que hablan un mismo lenguaje. Nuestro país se sostiene de remesas, de esperanza, de corazones que se separan a diario por buscar un nuevo camino muchas veces incierto, donde la guía sólo son corazonadas y Silvana lleva ese sentimiento cuando canta, tiene la valentía de mostrar sus partes más vulnerables atravesando dolores con notas musicales.
“Es muy bonito que alguien te diga, tu música me salvó la vida, es precioso de ahí me he agarrado para seguir en este proceso, donde todo ha valido la pena. Una amiga me ha comentado que soy inevitablemente positiva y es cierto, que siendo yo alguien que habla mucho de la tristeza, siempre intento buscar belleza en las cosas y para mí ha sido muy bonito darle espacio a las diferentes emociones.»
Son once las canciones que conforman Marchita, algunas ya se habían podido escuchar, pero otras fueron una completa revelación: “Tristeza”, “Sabré olvidar” y “Casa” son sólo tres ejemplos de canciones que hacen una mayor reflexión, que hablan de momentos muy duros desde un lugar donde se quiere generar belleza.
“Mi búsqueda, mi ímpetu ha sido eso, encontrar la belleza dentro de las cosas que me han marcado, de lo que no he podido asimilar a primera vista, mucho de Marchita es entender un duelo que me marcó tanto que necesité cubrirlo de belleza, para poder entenderlo.»

Nunca habrá suficientes canciones de amor, muchas veces como mujeres que escriben, que cantan, que crean se nos hace la crítica de que sólo hablamos de nuestros sentimientos, pero son estos mismos los que hacen que nos identifiquemos. Las canciones de Silvana Estrada tienen un pedacito de ella, un pedacito de todas, se vuelven una invitación a inspirarnos y seguir compartiendo nuestra voz como mujeres sin temor al escándalo.
“Intento escribir de cosas que a mí me parecen necesarias y que yo quisiera escuchar y que me hubiera gustado que alguien cantara en su momento, cuando necesitaba justo esa canción. Clarice Lispector decía que tenía que crear personajes para entenderse a ella y a mí me pasa un poco lo mismo, género canciones para entender mi realidad y creo que a través de esa captura mucha gente se mira, se identifica, se sana”.
Los procesos son importantes, las palabras tienen poder y cuando tocan las almas pueden incluso convertirse en himnos, tal es el caso de “Si me matan” donde Silvana puso toda su entraña, dolor, fe, enojo y ha sido usada en las marchas feministas en México, Colombia y Chile.
“Yo siento que simplemente escribir con honestidad va a generar conexión, porque nos pasan más o menos las mismas cosas, yo creo que los sentimientos son cultura, nosotros sentimos a través de la cultura y entendemos la cultura a través de nuestros sentimientos. Yo creo que poder hablar de amor de una manera diferente, poder hablar de salir a la calle y de vivir sin miedo, con esperanza, de una manera diferente que realmente le de entrada a todas, que nos abrace a todas y al mismo tiempo sea algo bello con qué consolarnos, que nos de luz, esperanza, son cosas importantes y yo intento que lo que yo haga sea pertinente con nuestras realidades.”
Silvana Estrada se la ha pasado de gira en los últimos dos años, aprendiendo y conociendo experiencias con las que había soñado, como el Tiny Desk que se compartió hace unos meses y contó con un trabajo brutal entre sus amigos, papás, y vecinos donde le era importante retratar sus orígenes en Veracruz, la madera que ha formado parte de su vida, el jardín y toda la naturaleza que la caracteriza.
Para su presentación en el próximo 7 de diciembre en El Teatro Metropólitan, Silvana promete que tirará la casa por la ventana, y va a ser toda una carta de amor para esta ciudad que le ha hecho hogar durante los últimos seis años, donde podremos disfrutar del repertorio de Marchita, y una que otra canción nueva como “Brindo” que se estrenó hace apenas una semana.
“México tiene el público con más energía, con más amor desbordado y estoy muy emocionada de tocar, dar cierre en el emblemático Teatro Metropólitan, un lugar hermoso con el que tantas veces soñé con tocar para que sea un espectáculo superespecial, para cada persona.”
