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COBERTURA

Damon Albarn Y Luisa Almaguer
Damon Albarn Y Luisa Almaguer

Bahidorá 2024: Entre lluvia, Damon Albarn y una fiesta interminable

Por Alexa Olán

Iniciamos con un Bahidorá muy distinto a otros años; desde que llegamos, la distribución del festival se encuentra totalmente diferente, los campings y escenarios se han movido y hasta cambiado de nombre, por lo que para los que sentíamos que ya nos sabíamos el mapa de memoria fue una nueva aventura desde el inicio.

Llegamos al primer día y el calor está mucho más relajado que otros años, con un cielo un poco nublado pero se valora cuando no tienes que montar una casa de campaña bajo el sol a su máxima potencia. Recorremos el festival para ubicarnos y brindamos con una cerveza para dar por iniciado el fin de semana.

Una novedad que se apreció bastante es que desde el viernes ya podías ingresar al río y las albercas, lo cuál le añade un atractivo cuando piensas en adquirir un acceso full weekend.

Entramos un rato a la alberca, segundo trago, y tratamos de recordar la nueva locación de “La Estación”, así como para aventurarnos en la música de los otros dos escenarios abiertos.

Explorando entre sets, nuestro ganador de la noche (y en varias ocasiones ese fin de semana) se vuelve “La Madriguera”, un espacio que se siente como una fiesta en la playa debajo de una palapa y con tapetes para el momento en que solo quieras relajarte pero aún seguir en este mood.

Cerramos la noche en el imperdible de cada año: el “Silent Party” de Pepsi, y decidimos que ya fue demasiada fiesta si queremos disfrutar desde temprano el día dos.

Una amiga me preguntó si ponía despertador, a lo que le contesto: “El sol pegando en la casa de campaña siempre me despierta desde temprano”. Será el calentamiento global o solo mala suerte, pero despertamos con lluvia y hasta algunas casas de campaña inundadas. Por primera vez, salgo con sudadera y gorro a iniciar el sábado de Bahidorá.

Sigue chispeando, pero llevamos mucho tiempo esperando el festival. Cambiamos la primera cerveza del día por un café bien cargado y nos vamos a escuchar el primer set del día a cargo de Ali Gua Gua de Las Ultrasónicas con vinilos de cumbia suficientes para pasarnos el calor necesario.

El clima comienza a mejorar y vemos que el escenario principal está retrasado por una hora, así que con toda la calma del mundo nos dirigimos a ver a Mabe Fratti.

Con un sonido impecable (como es su costumbre), Mabe da un concierto hipnotizante que no necesita visuales u otros recursos que no sean la música y lo orgánico de su ejecución.

Llegamos a ver el final de Son Rompe Pera y un poco del set de Los Mirlos, que ambos se vuelven como un shot de energía que nos hace sentir de nuevo en Bahidorá, con la vibra tropical que caracteriza al festival.

Ya entrando en calor tenemos la dicha de ver a Yaeji, una pequeña chica de Corea con visuales kawai pero con la fuerza de dominar un escenario como el Sonorama, y hasta la energía misma de Las Estacas, ya que pareciera que el cielo comienza a despejarse aún más.

Damos una vuelta antes de prepararnos para el plato fuerte, un ensamble único de más de 30 músicos de todas partes del mundo, creado para conectar la música de África con el occidente y nutrirse entre los mismos.

Africa Express nace como una iniciativa de Damon Albarn para dar visibilidad a los sonidos de esta región, pero para este show también era emocionante ver nombres de artistas nacionales además de sumarle nombres como Nick Zinner (Yeah Yeah Yeahs), Django Django y Bonobo.

Las 5 horas de Africa Express comienzan con fuerza al sonido de Los Pream que es imposible de ignorar. Estos músicos de la sierra mixe de Oaxaca ponen la vara alta desde el primer momento para dar paso a La Bruja de Texcoco, que hace el escenario suyo y oficialmente presenta el show.

Se escuchan los gritos de la gente pidiendo a Damon Albarn y lo vemos al fondo disfrutando de los primeros ensambles. Sale con una melódica por un momento y vuelve a ingresar al backstage, y esta se convertiría en su dinámica por las siguientes horas para intercalarse con diferentes artistas.

El momento más emotivo de la noche llega cuando Damon sale únicamente con Luisa Almaguer y presentan una versión en piano de “On Melancholy Hill” de Gorillaz. Se convierte en un dúo perfecto para esta canción y en uno de esos momentos irrepetibles que siempre se recordarán de Bahidorá.

Si bien la idea de Africa Express es imponente, la dinámica en vivo llega a volverse un poco caótica con tantos cambios de instrumentos y especificaciones en el escenario. A veces se siente más largo el tiempo en que se hacen los ajustes que lo que realmente ves a los artistas, y por mucha emoción que tengas, termina ganando el tiempo de espera.

Vamos por algo de comer y regresamos justo a tiempo para ver a Nick Zinner tocando un par de canciones junto a Damon Albarn; aunque nos hubiera gustado más que saliera un poco más hacia el público, ya que se encuentra en una esquina al fondo del enorme escenario y posteriormente nos enteramos de que hubo gente que estaba ahí pero no lo alcanzo a ver.

Cada momento dentro de las 5 horas que regresamos a ver a Africa Express fue imponente y nos regala momentos únicos e irrepetibles llenos de fuerza. Aunque la logística de un acto así es extremadamente complicada, solo alguien como Damon Albarn podría hacerla viable.

Volvemos a agarrar el mood de fiesta con Flying Lotus y unos visuales enormes que iluminan la noche. El escenario principal ahora se ve más grande y con mayor capacidad que otros años y se encuentra lleno. La energía sigue a pesar de que iniciamos el día con el pie izquierdo.

Logramos aguantar hasta Juan Atkins, una leyenda del techno en Detroit que (todos nos decían) era imperdible. Son las 5 de la mañana y no nos arrepentimos, el escenario de “El Cubo” se encuentra con un público extenso y con gran energía. Juan Atkins se despide y la gente no lo permite aunque el escenario ya se encuentra totalmente apagado, y de alguna forma logran que se vuelva a encender y de un set hasta pasadas las 6:00 AM.

Despertamos en el tercer día de Bahidorá como lo esperaba: huyendo del calor. El clima clásico de este festival regresó y corrimos a darnos un baño para meternos al río.

Se siente como que todo el mundo está desquitando el sol y agua que no tomaron el día anterior.

Las albercas se encuentran llenas y el agua fría del río se vuelve refrescante, aunque verdaderamente extrañamos el escenario del Asoleadero este año, el cual era el spot favorito de muchos.

Para las personas que hemos ido varios años a Bahidorá se sintió como una experiencia muy diferente, y aunque tuvimos que ajustarnos a los cambios y lidiar con el clima, lo cierto es que siempre hay algo que hacer para disfrutar de este festival, aprovechar la salida de la ciudad, así como de disfrutar y descubrir nueva música.

¡Nos vemos en Bahidorá 2025!

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