Por Davo Peñaloza
Fotos Por José Miguel Barberena
Por fin el Mutek, en su etapa de conciertos, comenzó. El día de ayer se llevó a cabo el PLAY 1, un evento en donde se presentaron 4 proyectos que demostraron que no sólo en Estados Unidos o Europa se hace música minimalista o electrónica experimental; HDXD, Maniquí Lázer, Ñaka Ñaka y White Visitation fueron los encargados de abrir el telón del Mutek entre humo, luces azules predominantes y ropa sucia de toreros.
Para los que nunca habían estado en Venustiano Carranza49, mejor conocido como La Faena, fue una gran sorpresa entrar y darse cuenta que el primer acto del Mutek se llevaría a cabo en una cantina/museo tarurino. Los letreros antiguos de cerveza Corona, maniquís sucios y empolvados de toreros y un techo carcomido que parecía que en cualquier momento se desplomaría encima del público, fueron acompañantes bizarros pero adecuados para presenciar a estos proyectos.
Para comenzar, HDXD, duo chileno-chicano radicado en Monterrey de electronica experimental noise-dance; ambos traían unas mantas en sus cabezas que hacían que parecieran seres espaciales. Su propuesta sonora consistió en el jam lo-fi, compuesto de vocales en vivo y sampleos, melodías minimales de síntes, osciladores caseros, un secuenciador análogo y midis. Ellos se encargaron de crear ambientes musicales densos compuestos por muchas capas de ruido y ritmo que incitaron a un baile sensorial.
Después tuvimos a Maniquí Lázer, quienes de entrada sorprendieron al llevar a cabo un show totalmente distinto al que les suele caracterizar. Estos barbones bien peinaditos oriundos de Mexicali, suelen agarrar sus guitarras y baterías para darle vida a un punk adolescente bastante enérgico. Sin embargo, en esta ocasión se subieron al escenario, tomaron las cajas de ritmo y los secuenciadores e interpretaron un set atmosférico con música que nos recordaba a una pantalla de televisión estancada en el “Loading” de un juego de Play Station 1.
El tercer acto lo presentó Ñaka Ñaka, un chico llamado Jerónimo Jiménez nacido en México pero residido en Nueva York. En este acto pudimos escuchar música electrónica industrial con un sonido bastante encerrado; era como escuchar música de una fiesta desde afuera de la misma. Todo el tiempo pudimos verlo sentado manipulando sus secuencias que nos remitían a una soledad que se disfruta. A este productor le gusta que llegue el invierno, ya que es la época en la que neva en NY y puede encerrarse a hacer música; justo eso es algo que se refleja en su música debido a la concentración y poca interacción con un público que se mostraba expectante y asombrado con los ritmos que salían de sus síntes.
Ya cerca de la una de la mañana, White Visitation cerró el primer acto del Mutek. Bien peinadito y vestidito, este joven productor capitalino supo cómo suavizar las densidades anteriores con música hipnótica y fluida hasta llegar incluso a unos beats más bailables, aunque también tranquilos. Su música sirvió perfectamente para salir de La Faena con un mood calmado e ideal para regresar a casa y ayudarnos a tener sueños lúcidos.
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