Por Cristina Salmerón
“Mi nombre es Dave Grohl, muchas gracias”, se despide bromista Kasper Eistrup, vocalista de Kashmir. Hay bandas que disfrutan de componer, otras simplemente de tocar, o de parase en el escenario, pero lo de este cuarteto danés es el público, sí, interpretar para ellos, bromear con ellos, tomarse fotos con ellos, agradecerles y decirles cosas como “es un sueño tocar en su país esta noche”, tal cual lo mencionó dos veces el vocalista.
Al ser de un país con un largo invierno y mucho, mucho frío, lo que Kashmir da es pura calidez y, aunque tal vez no logra complacer a todos con las canciones exactas que deseaban escuchar, nadie se va decepcionado de un concierto con ellos. Ya había estado antes en el Distrito Federal, pero esta vez, los recibió el Plaza Condesa.
Esta noche la abrió la banda mexicana Carmen Costa, Manu, Decko, Cheo y Aarón ya habían tocado con Kashmir en Guadalajara, pero volvían al DF para repetir la hazaña de encantar al publico con su rock ligero a veces, poderoso otras, pero que invade de buen ánimo. Tocaron rolas de su primer y segundo disco, La Chica Francesa, como “Dame Más”, “Adiós”, “Vice”, “Almanaque” y “Estéreo”, su más reciente sencillo.
Al término de Carmen Costa, llegó lo que el foro repleto fue a presenciar: Kashmir y su repertorio a elegir entre ocho discos de estudio. Pasadas las 21 horas, salió el cuarteto que vino de nueva cuenta a la Ciudad de México, ahora dentro de la gira promocional del nuevo disco E.A.R., el show comenzó con “Blood Beech”, track que también abre este material.
Kasper vistió todo el tiempo un gorro negro tipo capitán de barco, y justo como si fuese uno, llevó la música de Kashmir por las olas de la melancolía, del desamor, de un agitado mar de angustia y caos, como suelen reflejar las letras de sus canciones.
Así, llevó al público a picos de emoción al escuchar temas como “Melponeme”, “Surfing the Warm Industry” o “Rocket Brothers”, la rola más esperada y más gritada por los tripulantes de esta embarcación.
Tras una pausa, Kashmir regresó, tocaron tres rolas con solo piano, guitarra y la voz desnuda de Kasper, interpretaron “Still Boy”, “Seraphina” y “Small Poem of Old Friend”, este primer encore concluyó con “The Cynic”, canción muy esperada por parte de la audiencia.
“Muchas gracias por haber venido hoy a vernos, ha sido un sueño volver a la Ciudad de México, son un público magnífico”, dijo Kasper a sus fans. Cantó un último tema, “The Aftermath”, presentó a cada miembro de la banda: Mads Tunebjerg, Asger Techau y Henrik Lindstrand, para después pedir que prendieran todas las luces, alumbraran al público y tomarse una foto con todos para recordar este concierto.
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