Por Karina Cabrera / @karipunk
Cómo género, el rockumental ha ido creciendo en los últimos años, son tantas las producciones que se realizan en la actualidad que ya son necesarios festivales enfocados exclusivamente en esa área. Las películas sobre música, que algunos siguen considerando como el hermano bastardo de todos los géneros, han logra absorber el espíritu del sonido a través de un medio que en muchos casos permite una nueva perspectiva de un grupo, un género o una pieza de la historia perdida en la memoria, aunque en algunos casos solo se trata del estreno de una noche para aumentar la ansiedad del fanático.
Si todavía no se han obsesionado con ellos, les dejamos la lista de los 15 rockumentales, biopics y películas basadas de alguna forma en la música que más impacto tuvieron en el 2013.
The Stone Roses: Made of Stone (Shane Meadows, 2013)
El gran documental del año no es sobre una serie de hechos acomodados de forma cronológica y con revelaciones de primera mano, sino sobre el impacto en los fanáticos. En gran parte, Made of Stone es un relato del fan encontrando sus emociones con el regreso de la banda, aunque aparecen el encuentro, los ensayos, las conversaciones de planeación, la concentración de The Stone Roses antes del primer concierto y los abrazos sudorosos del final, no es un documental para acercarse al grupo, sino a su influencia. La gira de reunión es el foco de atención, pero Meadows lo utiliza para contar una pequeña historia sumamente emotiva que demuestra desde la perspectiva del fanático la marca masiva que dejó la banda en la cultura popular con solo dos discos.
The Punk Singer (Sini Anderson, 2013)
El arte, la fama y el activismo de un orgulloso icono feminista cuyo único temor no es que no le impidan hablar, sino que su propio cuerpo la limite. Aunque el tema central es una sola persona a través de diversos grupos y 15 años siendo la cara más reconocida de una época, la película resuena en temas como el punk rock, feminismo, el movimiento riot grrrl y la expresión de esos tres elementos a través de Kathleen Hanna.
Pussy Riot. A Punk Prayer (Mike Lerner y Maxim Pozdorovkin, 2013)
Sin duda uno de los mejores documentales que se lanzaron este año y que no es precisamente sobre la música, sino de sus motivos y la forma en que el grupo soviético Pussy Riot la utilizó para protestar. Se trata de un documental que analiza los límites de la libertad de expresión, la política social y los impulsos contraculturales que acompañan la música y el arte.
A Band Called Death (Mark Christopher Covino, Jeff Howlett, 2013)
Una banda que no era uno de los secretos mejor guardados de Motor City Rock, sino uno de esos casos ahogados en la industria discográfica, se trata de una historia de fracaso y un triunfo que surge gracias a coleccionistas de discos y obsesivos de la música, que rescatan a Death del desconocimiento general y establecen un nuevo punto en la historia del proto-punk de Detroit, que incluía como actos importantes a MC5 y The Stooges, crece con una agrupación que solo lanzó dos canciones, nunca realizó presentaciones en vivo y tuvo un demo con siete canciones guardado en un ático durante varias décadas.
Muscle Shoals (Greg «Freddy» Camalier, 2013)
Uno de los dos documentales lanzados este año que buscan darnos la definición de “alma” en la música y la combinación de la creatividad con el espacio para concretar canciones y discos que logran trascender a su época. Aunque no agrega nuevos temas a la conversación, aquel estudio en Alabama establece contextos que parecen olvidados y, sobre todo, libera con su simpleza una serie de anécdotas que logran dar forma al proceso creativo, la grabación análoga, la importancia de un lugar con carácter y la industria discográfica en general.
Filmage: the story of Descendents/All (Deedle Lacour, Matt Riggle, 2013)
Olvida el glamoroso rock and roll y la necesidad de los rockumentales de explicar una banda, aquí se trata de establecer las dicotomías, las contradicciones e ironías que puede haber dentro de un grupo punk, sobre todo uno que estaba 15 años adelantado a su tiempo. No gira en torno a un instante de gloria, Filmage es verdaderamente la historia de todos los Descendents, los gráficos, los sonidos y las canciones de su tumultuosa carrera a través de cuatro décadas, desde los inicios en el garaje a los constantes cambios en la formación y las tragedias personales que le dan a la agrupación su venerada condición actual de sobrevivientes del punk.
Sound City (Dave Grohl, 2013)
Aunque al final parece un promocional del estudio de grabación de Dave Grohl y la consola Neve que adquirió para construirlo, gran parte el tiempo el debut como director del líder de Foo Fighters es sobre Sound City. El sitio aparece como un oasis para la música en forma de galerón en Van Nuys, California, un lugar que a pesar de su descuidado diseño de interiores, poseía una inigualable calidad de sonido y un ambiente adecuado para promover la creación de discos de Fleetwood Mac, Neil Young, Tom Petty y Nirvana.
Twenty Feet From Stardom (Morgan Neville, 2013)
Posiblemente la idea de este documental parte de Standing in the Shadows of Motown y la necesidad de revelar los héroes ocultos de la música, sin embargo no por eso las historia de todas las coristas presentadas en ésta película pierde su valor. La recopilación de historias sobre ambición y deseos frustrados dan otra perspectiva de la cultura popular, evidenciando el exceso de talento que estaba encerrado en los estudios de grabación y que en muchos casos se sometió a las reglas de Ike Turner y Phil Spector. Ellas fueron capaces de dar un giro especial al Wall of Sound o a cualquier banda británica que desesperadamente buscara su afirmación de sonido y un acercamiento al verdadero blues.
A Life In The Death Of Joe Meek (Howard S. Berger, Susan Stahman, 2013)
En otra ocasión la BBC estableció en un documental lo extraño que era Joe Meek, sin embargo en este filme esas excentricidades buscan definir al mago del sonido y genio de la producción británico. Es una revisión exhaustiva a través de Jimmy Page, Alex Kapranos y toda la armada punk inglesa, quienes analizan como Meek logró convertirse en una figura heroica de principios del rock inglés, partiendo del corte Telstar, su visión incorruptible y su obsesión con el sonido que le permitía lidiar con la locura, las anfetaminas, el insomnio, la rabia y un anárquico estudio DIY con un famoso micrófono en el baño.
Inside Llewyn Davis (Ethan Coen, Joel Coen, 2013)
Uno de los momentos más finos de los hermanos Coen, que desde O Brother, Where Are Thou? revelaron su capacidad para encontrar ese momento en que la música tiene sentido en contextos extraordinarios. Aquí presentan la historia de Llewyn Davis, el anti-héroe que en 1961 no solo no logra vivir del folk, tiene pocos amigos y también es su propio peor enemigo. La historia de este cantante autodestructivo es conmovedora, nos llena con su voz y talento, pero los Coen no brindan concesiones, ni a la escena de Greenwich Village ni al protagonista, que definitivamente es un idiota fascinante que se debe mantener a una prudente distancia.
Jimi Hendrix: Hear My Train A Comin’ (Bob Smeaton, 2013)
Aprovechando todas las celebraciones alrededor del guitarrista, la cadena estadounidense PBS decidió agregar un nuevo episodio a su serie American Masters. Aunque tiene el formato convencional del documental, siguiendo una estricta línea cronológica, logra cubrir de forma extraordinaria las bases y el contenido de sus canciones y construye su trayectoria sin olvidar los detalles. Sin embargo no busca desentrañar misterios ni capturar lo que precisamente lo hacía famoso, su energía en vivo. Se queda corto en ese aspecto, el documental es tímido como el personaje que busca capturar, pero hay momentos en que logra expresar porqué Hendrix necesitaba un amplificador que llegara al 11.
Metallica Through the Never (Nimród Antal, 2013)
Posiblemente la música del grupo haya dejado de ser lo que esperamos desde hace algunos años, sin embargo cuando se trata de poner su clásicos en un nuevo nivel, nunca decepcionan. En éste caso no deja que desear el equipo de producción, coloca canciones en una batalla épica que no tiene sentido, pero establece una nueva marca e indica un nuevo camino para el uso del 3D. No es la Antártida, pero es un mejor contexto para Metallica, es el verdadero espectáculo de las grandes arenas con un agregado de imaginería apocalíptica. Los realizadores realizaron un trabajo de cámara audaz, con movimientos acrobáticos y perspectivas radicales que verdaderamente aportan algo nuevo a ese formato establecido hace tanto tiempo por The Last Waltz.
All Is By My Side (John Ridley, 2013)
Lamentablemente es uno de esos casos que la ausencia de música original en parte arruinan la historia, sin embargo ese punto débil fue bien aprovechado para aumentar el misterio alrededor de la figura de Jimi Hendrix. La carencia hace que All Is By My Side sea un experimento de biopic al estilo de I’m Not There, nos traslada a los días previos a la fama, por lo que no es un retrato lleno de elogios. André 3000 (Outkast) logra capturar tanto la timidez como las peores cualidades de Hendrix, aquí el músico no es juzgado por sus habilidades musicales, sino por la manera en que se conduce en sus relaciones debido a su talento.
CBGB (Randall Miller, 2013)
El resultado final decepciona, sobre todo si no tienes el contexto que busca capturar ésta película. Falla al tratar de mostrar la historia de uno de los lugares más importantes del punk a un público que desconoce la época, pero tiene éxito al capturar el espíritu de Punk, el fanzine basado en viñetas de cómic y entrevistas sin sentido, y la serie de anécdotas contadas en el libro Please Kill Me: The Uncensored Oral History of Punk, si conocen ambos materiales de Legs McNeil disfrutarán por ratos la recreación del punk neoyorquino como una serie de acontecimientos conectados por un solo lugar y la figura del fundador de CBGB OMFUG, Hilly Kristal.
Springsteen & I (Baillie Walsh, 2013)
La nueva formula crowdsourcing de las producciones de Ridley Scott (ver Life In A Day), donde la participación del público (en este caso los fanáticos) logran la historia. Se trata de un documental que establece la imagen de Bruce Springsteen, prácticamente sin su participación y a través del significado que le dan sus seguidores. Es el músico y el impacto emocional de sus canciones, la forma en que sus conciertos involucran a sus seguidores y la manera en que sus acciones lo colocan como uno de esos músicos que parecen no perder el suelo, que disfrutan convivir con su público tanto en el escenario como en una espontánea tocada callejera.
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