Fotos BEATCHO G.H.
Por BEATCHO G.H.
Durante la celebración del Festival Aural, en el Ex Teresa Arte Actual (Ex convento de las Capuchinas descalzas) se presentaron 4 proyectos artísticos de electrónica experimental…muy experimental. El escenario era perfecto para dejarse llevar por los sentidos, poca luz, sonidos e imágenes religiosas.
A partir de las 8:15 pm. la gente empezó a reunirse alrededor de la sala (para ser sincero no sabía a ciencia cierta con lo que me iba a topar). El escenario estaba dividido en varias áreas, todo se mantenía en un atmósfera de misticismo, la oscuridad reinaba. En el centro se encontraba una tarima con varios artefactos sonoros, a unos pasos se encontraba una gran mezcladora. Fue ahí donde el artista alemán Thomas Köner dio inicio a su presentación.
A lo largo de una hora la mezcla de sonidos y largos silencios rodearon toda la sala, la cual se encontraba custodiada por Dios en la bóveda del ex convento. Una experiencia 100% auditiva, cerrabas los ojos y te dejabas llevar por tos los sonidos robóticos (parecido a los sfx del laboratorio científico del Santo Enmascarado de Plata).
Al terminar la presentación de Köner siguió su compatriota Florian Hecker, quien ejecutó su proyecto en el centro del escenario. Únicamente con su caja llena de cables y perillas, la cual parecía salida de la Segunda Guerra Mundial. Durante el acto, Hecker con su larga barba se encontraba concentrado, conectando y desconectando varios cables creando diferentes armonías. La luz morada bañaba su rostro mientras que la gente con los ojos cerrados empezaba a moverse un poco. El artista desconectó el último cable para dar cierre a su presentación.
El proyector se encendió y dio inicio al audiovisual de Keith Fullerton Whitman. Literalmente era subirse al viaje de la apreciación, los presentes se pusieron cómodos al frente de la pantalla para dejarse llevar por la mezcla en vivo de sonidos e imágenes. El visual era un tren que lentamente recorría sus vías paseando por una ciudad fría y gris hasta llegar a la estación principal. Los siguientes cuadros eran edificios en el fondo y siluetas borrosas de personas en primer y segundo plano que paseaban de un lado a otro de la pantalla.
El encargado de cerrar la noche fue Rashad Becker, que al igual de sus colegas alemanes, creó la escena perfecta para dejarte llevar con todos los sonidos producidos en el momento.
En lo personal fue una noche de mucho “trip” para experimentar, dejarse llevar por nuevas propuestas y sorprenderse de las diferentes armonías y situaciones que los sonidos te pueden provocar.
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