Foto Gus Morainslie / Ale Carbajal / Win Butler
Por Gus Morainslie
Hay muchos fotógrafos y camarógrafos; calculo que tal vez 50, puede ser que más, agregando a los elementos de seguridad y staff el área luce llena. Incluso personal de seguridad bromea «Son un chingo, ¿así como voy a sacar a alguien si hay algún problema«.
Logro colocarme al centro recargado en una tarima justo debajo del escenario. Nadie me dice nada y parece un buen lugar.
Comienza el show de Arcade Fire y a todos nos sorprende la presencia de un personaje con un disfraz compuesto de prismas de material reflejante. Baja y camina entre la prensa hacia el público. Pasa tan rápido que no logro captar el recorrido.
Continúa el show con un Win Butler dinámico y espontáneo; al cabo de unos minutos baja de nuevo a la tarima, se queda unos instantes y aprovechó para captar varias imágenes. Repentinamente voltea a verme, extiende la mano y me pide la cámara. Tras el desconcierto inicial logro entregársela. Acto seguido la levanta por encima de su cabeza y toma una fotografía del público. Revisa la imagen, corrige el encuadre y toma unas cuantas más. Varios colegas siguen disparando y captan el momento en que todo esto sucede. Me devuelve la cámara y sigue el concierto.

A mí, tarda un rato en caerme el veinte de lo sucedido: el frontman de una de las bandas más importantes de la escena internacional actual registra un momento de su show nada más y nada menos que con mi querida Nikon. Es la primera vez que me sucede una colaboración de ese tipo y no puedo ocultar mi emoción. Estoy seguro que con el tiempo será una de mis anécdotas favoritas como fotógrafo de conciertos.

Las primeras lecciones de fotografía te hablan del «instante decisivo» de Cartier-Bresson, la fotografía se basa en gran medida en estar en el lugar y momento adecuados. Anoche, tuve la fortuna de estar justo ahí… y de contar con un poco de ayuda inesperada.







