Foto Salvador Bonilla / OCESA
Por Balfer Alberto
Luego de su visita dentro del marco del Corona Capital del año pasado, el dúo sensación de los Ángeles, Capital Cities, regresaron a la ciudad de México para regalarnos una electrizante noche. La velada comenzó con Technicolor Fabrics, banda mexicana que está ganando bastante popularidad y que justo demostraron por qué. Con un rock bailable y tentador, los de Guadalajara cimbraron el foro, con un show corto pero preciso. El dance se adentraba en nosotros, y se tornaba todo en el contexto perfecto para que Capital Cities aparecieran.
«Kangaroo Court» fue la seleccionada para inicial la noche, y no pudo ser más que atinado. La intensidad de esa canción es incalculable y, aunque debo confesar, el video de esta preciosura es algo que realmente detesto, la canción no hizo más que inaugurar de manera sucinta la noche.
La desmesurada fuerza de Capital Cities suele ser apabullante, la energía que proyectan Ryan Merchant y Sebu Simonian apenas se ve eclipasada por su incomparable “buena ondita” sobre el escenario: las coreografías juegan una suerte de elemento homogéneo dentro del concierto y todo es dance, dance mezclado y bien trabajado, pero dance al fin. No hay momento para quedarse de píe, no existe ese espacio pues el dúo apenas nos deja descansar. El sonido pareciera provenir de una cantidad enorme de sujetos, cuando apenas son 5 los que lo hacen. Las luces proyectaban las sombras de los asistentes, que no paraban de saltar y de lanzar las manos al aire.
¿La canción más bailada? Diría que, naturalmente, sería «Safe and Sound», ese cuasi himno que a todos nos envolvió en su seductor matiz y armonía, pero no podemos dejar de lado su inmediata antecesora: «I Sold My Bed, But Not My Stereo«. Esta dupla sonora representó, a mi juicio, el momento más álgido de la noche. No sin dejar detrás temas de una belleza inigualable como «Patience Gets Us Nowhere Fast«, o «Love Away«, que dio uno de los momentos más románticos de la noche.
Un foro lleno, una banda telonera bastante cool, un público dispuesto a divertirse y una banda con un sonido aplastante y estremecedor se juntaron para lograr una de las noches más felices del año. Sin duda un concierto que superó las expectativas aunque, tengo que decirlo, la energía que lograron en el Corona Capital me parece fue mayor, a pesar de que el sol nos consumía en aquel entonces. Un concierto corto, pero bien hecho –ya nos urge un nuevo disco-.
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