Foto Daniel Anguiano
Por Balfer Alberto
M. Ward volvió a la ciudad de México, luego de su agradable presentación en el Corona Capital del año pasado. El californiano sorprendió a la pequeña, pero eufórica multitud que estaba en el Plaza Condesa al mostrar su intempestiva maestría para la guitarra.
El concierto comenzó pasando las 9 de la noche, apareciendo solamente M. Ward (Matthew Stephen Ward) acompañado de su guitarra, de madera y con una pequeña decoración alrededor de la boca –de la guitarra-.
Una apertura solitaria dio inicio a la noche, la voz de M. Ward sonó y aquello se tornó en un contacto bastante íntimo: sobraba sonido, la voz de Matthew sonaba por todo el lugar y en los momentos en que el sonido se volvía ligero y suave, se escuchaban incluso las gotas de lluvia que caían por fuera del lugar. La atención que prestó el público es una de las más grandes que he visto.
La recepción fue inmediata, y a través de las pocas canciones que interpretó por su cuenta, el público estaba en una comunión inigualable, no se veía a nadie hablando o distraído, la gravedad que Ward y su guitarra lograron nos atrajo inmediata y fatalmente.
Sad Sad Song fue una de las piezas que interpretó en compañía de sí mismo y su guitarra, el desgarrador “what do you do when your true love leaves? He said the hardest thing in the world to do, is to find somebody believes in you” nos dejó boquiabierto a todos.
Luego de ese set, salió el resto de la banda (3 más) y entonces comenzó el rock ruidoso. El folk, el blues, el country y demás sonidos comenzaron a surgir de aquel escenario como si eso fuera una cascada de emociones: el conjunto rescata toda la pinta old-school y hacen que el show se asimile a una máquina del tiempo que nos transporta, virtualmente, a alguna cantina de Los Ángeles por ahí de los años 70’s. Esta recuperación musical, me parece, es honesta.
La reunión continúo con temas como «Paul’s Song«, «Helicopter«, «To Save Me«, «To Go Home«, entre otras. Luego del encore, la banda regresó para interpretar un par de canciones más. Vi a un conjunto feliz, a uno de los mejores guitarristas –sus dedos se movían como lanzas, la rapidez en sus manos es increíble- y vimos a un público emocionado y feliz, bailando hasta el último momento. Debo confesar, como siempre lo hago, que tenía la ligera esperanza de escuchar un cover a She & Him, pues, de M. Ward, es lo que más me importa. El maravilloso dúo que tiene con la bellísima Deschanel se ha hecho de bastantes fans, por lo que regamos que los traigan ya; y como M. Ward aseguró que le gustaría venir más seguido, pues esperemos que lo hagan juntos.
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