Foto Chino Lemus / Cortesia OCESA
Por Jorge Kunding
Canciones para ensordecer
Desde que hace ya varios meses se anunció el regreso de Queens of the Stone Age a casi un año de su primera presentación en México en el Corona Capital 2013, surgieron inquietudes respecto al lugar elegido para albergar este concierto. El Pepsi Center WTC de la ciudad de México es un foro nuevo con capacidad para cerca de 8,000 personas, pero con deficiencias en la acústica que suelen disminuir la calidad del sonido. Y desgraciadamente, esta vez no fue la excepción, aunque no por ello podríamos decir que se trató de un mal show.
Al principio, la banda tocó pequeños bloques de canciones recorriendo su discografía, aunque dándole un mayor énfasis a los temas de su último disco, …Like Clockwork. Un inicio trepidante con «You Think I Ain’t Worth a Dollar», «But I Feel Like a Millionaire« (con la que suelen arrancar sus presentaciones) y «No One Knows del Songs for the Deaf «marcó la pauta de lo que seguiría, con un constante vaivén de ritmos y emociones como se notó en el combo balada-punch-punch-balada de Kalopsia, «Feel Good Hit of the Summer», «The Lost Art of Keeping a Secret» y «The Vampyre of Time and Memory». Quisimos tener en las manos un cencerro para bailar «Little Sister», o ir con nuestras parejas para romancear en «Make It With Chu». Y es que aunque se escucha una consistencia en el sonido de Josh Homme y compañía, tienen para todos los gustos. Hay momentos para agitar la cabeza, para dejarse llevar en la melodía o hasta para sentir melancolía. A pesar de los múltiples cambios de alineación que el grupo ha tenido en su historia, la esencia siempre se ha mantenido, tanto en las grabaciones de estudio como en las presentaciones en vivo. Todos tienen sus momentos para brillar, pero su sonido sin duda se caracteriza por ser uniforme, por ser la suma de todas las partes y no piezas individuales.
Sin embargo, y más allá de lo mal que suena el Pepsi Center, sentimos que algo faltó. No fue actitud, no fue carisma, no fue talento lo que echamos de menos, sino que para ser la primera presentación en solitario de la banda, el concierto fue demasiado corto. Cuando a la hora y veinte de concierto sonó «A Song for the Dead» (su cerradora por excelencia, en la que por cierto el sonido ya estaba completamente tronado), decepcionó un poco que se terminara con sólo 18 canciones (la misma cantidad que tocaron como headliners del mencionado Corona Capital pasado), en un setlist muy a la segura (sin ninguna canción de su primer disco, aunque se agradece que hayan tocado «Do It Again«) y muy cargado hacia su material más reciente. Nos faltaron unas 4-5 canciones viejitas, de fans, para que de verdad se tratara de un show memorable.
Lástima, aunque fue bueno (o hasta muy bueno, quizás) mientras duró.







