10. Vår / Sexdrome
Empecemos con uno de los nombres menos conocidos, pero más interesantes que han aparecido en años recientes. Vår era un proyecto compuesto por los portadores del estandarte danés de la escena musical más perturbada de aquella región encabezada por Elias de Iceage y Loke Rahbek de Sexdrome. Este ensamble nació como una simple dupla hace dos años que decidió lanzar un sencillo con Sacred Bones bajo el alías de War, pero en un lapso relativamente corto cambiaron su nombre al incluir dentro de su alineación a miembros de Lower y Lust For Youth.
No Once Dances Quite Like My Brothers es su álbum debut del año pasado, en el cual jugaron con el lado oscuro y etéreo de la música electrónica, así como con los elementos básicos del neo-folk que se encargó de pulir su productor Sean Ragon (miembro de Cult Of Youth). En otra vida, probablemente Vår sería considerado un legendario ‘súper grupo’, pero desafortudamente su nombre sólo se consolidó dentro del universo DIY que está siendo mantenido por Sacred Bones, Posh Isolation y Ascetic House. A inicios de este año y sin dar un anuncio oficial, el colectivo decidió separarse para dejar muy en claro que Vår no era una banda como tal, sino un experimento con el que cada uno de sus integrantes logró reforzar la íntima relación que tienen para poner el nombre de Copenhague en lo más alto.
El puesto número 10 es por partida doble, ya que junto con el final de Vår, el loco de Loke Rahbek (además miembro de Lust For Youth, Croatian Amor, Demian Dubrovnik, etc) mató de una buena vez por todas su banda madre llamada Sexdrome, con la que durante años se dedicó a crear un hardcore súper cerdo que en ocasiones parecía estar más apegado al black metal que al punk. Sexdrome ofreció su último show durante el festival que organizó Posh Isolation en Los Ángeles para celebrar su quinto aniversario, mismo que fue documentado por la directora Jacqueline Castel.
Eso si, aunque Vår y Sexdrome están muertos, sus integrantes siguen creando universos sumamente arriesgados que no piensan complacer a nadie, sólo a sus propios deseos.






