Foto Fresale Caballero
Por Ernesto Olvera / @Ernestime
En 7 años todo puede cambiar y en el caso de Klaxons, las cosas fueron bastante obvias durante su primer concierto de despedida en el Lunario del Auditorio Nacional. Si le echamos un vistazo al pasado, podrán recordar lo épico que sonaban las canciones de su Myths Of The New Future cuando las personas en el José Cuervo Salón las coreaban a más no poder. La noche de ayer, eso fue completamente diferente, ya que si bien es inevitable no seguir la tonadita de «Golden Skans» y «Magick», al final era evidente que algo se había perdido.
A ciencia cierta es complicado especificar qué es lo que murió en estos 7 años, aunque podríamos comenzar por el simple gusto de la gente debido a que en esta ocasión el recinto no estaba nada lleno e incluso los espacios que había en el Lunario eran un poco incómodos de ver cuando la banda lo estaba dando absolutamente todo sobre el escenario. Pero más allá de eso, podemos ver este primer concierto de la gira de despedida de Klaxons como un evento íntimo en el que sus fans, finalmente pudieron darle un merecido adiós a la banda al bailar y cantar con «There Is No Other Time» y «Love Frequency», cortes de su más reciente producción discográfica (y muy probablemente la última).
El concierto fue todo un festín de trancazos de su álbum debut y de su menospreciado Surfing The Void, cosa que de inmediato hizo vibrar cada rincón del Lunario desde que comenzó a sonar la clásica sirena de «Atlantis To Interzone». Hubo un momento en el que resultó un tanto nostálgico el poder revivir algunos momentos musicales que dieron mucho de qué hablar la década pasada con todo el fenómeno británico del ‘nu rave’. Ya saben, entre que si Late Of The Pier o Hadouken!, o hasta los mismos Shy Child.
La actitud de Klaxons es de admirar, ya que en ningún momento se mostraron tímidos o serios. Al contrario, el ver que las personas que estaban frente a ellos se mostraban eufóricos con cada canción, hizo que el encore estuviera compuesto de cuatro grandes favoritas de sus seguidores, entre las que se encuentra «The Bounce» y «Four Horsemen of 2012».
Una de las cosas más obvias era lo que pasaría al final, ya que después de haber ofrecido un pequeño discurso sobre lo felices que estaban de regresar a México, de inmediato se soltaron con el himno «It’s Not Over Yet», con el cual literalmente nos estuvieron diciendo que su flama de luz, aún no se extingue y aún les quedan un par de horas más de vida.







