Por José Carlos Martínez
Con tan solo 16 años de edad, Jonatan Nilsson y Ludvig Stolterman se conocieron en un pequeño pueblo de Suecia llamado Umea. Después de charlar y compartir música se dieron cuenta de que tenían las mismas preferencias, que eran totalmente compatibles y comenzaron a realizar música juntos, nombrando al proyecto Gidge.
Ya con nueve años de carrera musical han logrado entrar a la elite de la industria, su principal método para lograr su increíble sonido es que trabajan separados, solo se envían los sonidos que crean para intercambiar opiniones, ponerse de acuerdo en lo que necesitan cambiar y no es hasta el final que se juntan para afinar los últimos detalles. Parece un poco extraño, pero es así como hacen de Gidge algo exquisito.
En 2014 lanzaron Autum Bells, un material influenciado por el pueblo donde crecieron, en el cual transmiten la nostalgia de aquel lugar mezclada con la electrónica que escuchaban mieintras anduvieron de paseo por Berlin.
Delicadas melodías de piano, combinada con ambientes de bosques grabados, voces suaves y percusiones, hacen que la imaginación de quien los escucha comience a volar. Imaginen todo este sonido en un lugar paradisiaco como las estacas.
Gidge hace música para sentirse; logran transportarnos a un lugar distante dentro de nuestra mente, es como viajar por el mundo a lugares que jamás hemos visitado, pero que nuestra cabeza es capaz de crear.
Sin duda no podemos perdernos la suave exquisitez de este dúo sueco en Bahidorá para bailar tranquilamente y perdernos en el tiempo-espacio por un momento.
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