Por José Carlos Martínez Suárez
La música experimental siempre es difícil de descifrar, pero cuando genios como Oren Ambarchi y Jim O’Rourke, comienzan a crear cosas juntos sabemos que nos espera algo increíble. Behold es un álbum que explota al máximo los espacios entre la oscuridad y lo que accede a ella. Dos pistas largas son los pilares de esta producción presentada como una exposición magistral junto a una revelación de ideas musicales tangibles, con diferentes texturas y ritmos dentro y fuera de foco.
Ambarchi es conocido principalmente por su guitarra exploratoria, por eso es que en los dos tracks limitan la batería. La alineación del sonido intenta marcar la instrumentación rock tradicional para extender las percusiones, se burla de los ritmos metálicos y junto a un bombo se crean ritmos casi bailables en torno a las texturas que Jim O’Rourke le imprime.
“One”, cruje el amplificador entre elementos retorcidos, sintetizadores que parecen estrangulados y ambientes funestos, esto los mantendrán al filo de pista, mientras que la percusión de Ambarchi proporciona un crecimiento rítmico que mantiene al oyente en completa oscuridad, eso lo hace emocionante y todo eso sucede durante casi diecinueve minutos.
Para “Two”, se presenta una imagen totalmente brillante, con drones llenos de luz saliendo de sintetizadores burbujeantes y texturas que salen como fantasmas, marca los tres primeros minutos con gran claridad; los ritmos metálicos ásperos retumban la pista e incluso un riff de guitarra emerge del fondo del track. La canción comienza avanzar y se nota la mano de Ambarchi inmediatamente, entre un colapso psicodélico, la atmosfera se pone densa y se escucha la guitarra glitch-screaming retumbando la pista.
Si algo es difícil de entender, es la música experimental, pero se disfruta como ninguna otra y más cuando los que la producen son tan buenos como estos dos genios; crean una experiencia entre la luz y la sombra que son exigidas en su máximo esplendor. Esta segunda versión entre Oren Ambarchi y Jim O’Rourke es la continuación de su trabajo realizado en 2011 llamado Indeed. Su ambiente sonoro se integra perfectamente en grabaciones ambientales, electrónica, batería, guitarra y otros instrumentos acústicos que convierten esta combinación en algo minimalista y un clásico de la electrónica de flujo libre.
Música fuerte, centrada en la época contemporánea, es como podría definir esta producción echa por dos exploradores experimentales que aman lo que hacen.