Por Jergas
La gente ya va saliendo, enfilándose a su casa, intercambiando impresiones del Hip Hop Music Festival con el grupo de amigos y topándose de frente con el vendaval de gritos que intentan venderles la taza, la playera, el disco, el cartel, la playera o el vaso tequilero. La calle Dakota se va convirtiendo poco a poco en un caos vial, contrastando con lo que sigue sucediendo al interior de aquella bodega del World Trade Center que se va vaciando minuto a minuto.
Se quedan unas 400 personas ya cansadas por las nueve horas de rima en vivo, esperando ver a uno de los actos más emblemáticos del género, el grupo que ensambló Carlton Ridenhour o Chuck D, como hizo que lo llamaran allá por 1982, y que se convertiría en uno de los que hicieron más agresiva la denuncia de la situación racial para los negros en Estados Unidos.
Con unos 15 minutos de retraso vemos al fin como va saliendo personaje tras personaje al escenario, acomodándose al centro la mancuerna de Chuck D y Flavor Flav: el alma y cuerpo de Public Enemy. Comienzan a desfilar las canciones. ‘911 Is A Joke’, ‘Rebel Without A Pause’, ‘Bring The Noise’ y ‘Don’t Believe The Hype’ son de las adornan la lista, al tiempo que siguen despidiéndose grupos de asistentes, escapándose en cuanto termina alguna canción.
Ya casi llegando al final hace su aparición uno de los emblemas que Public Enemy le dio al hip hop: ‘Fight The Power’. Muchos comienzan a agitar los brazos en el aire, otros arman un círculo para comenzar el breakdancing y unos más lo toman con calma al no despegar su cara del celular. De pronto, salen ambos maestros de ceremonia del escenario para dejar que el DJ Lord haga un solo de tornamesas. Regresan para cerrar el show con una terna de temas entre los cuales suenan ’31 Flavors’ y ‘Shake Your Booty’, ésta última con Flavor Flav adueñándose de la batería.
Así terminó una presentación con un foro que no estuvo a la altura de los inicios de Public Enemy pero que tal vez responde al poco éxito que tuvo la banda después de los primeros años de los noventa, perdiendo relevancia a pesar de seguir editando música en esta década.
No hubo encore.







