Por Gil Camargo / @GilCamargo_
La Real Academia Española define la palabra ruido como: Sonido inarticulado, por lo general desagradable. Obviamente, los académicos que trabajaron arduamente para llegar al significado más puro, nunca escucharon a The Jesus and Mary Chain.
Influenciados por The Velvet Underground, los Stooges y los Beach boys, The Jesus and Mary Chain presentaron su álbum debut en noviembre de 1985, sin saber, el par de hermanos veinteañeros Jim y William Reid, habían crearon un monstruo.
A treinta años de su lanzamiento, la importancia del Pychocandy radica en los nuevos caminos que tomó el post-punk, convirtiéndose en el precursor del shoegazing. Gracias a Jesús y María tenemos bellezas como The Raveonettes, A Place To Bury Strangers o The Horrors.
Esta joya posé poderosos éxitos como «Just Like Honey», «Some Candy Talking» o «In A Hole», nos recuerdan que el ruido es más que un sonido inarticulado y que posé un orden específico o sería imposible colocarlo en una canción.
Más allá de crear un estilo, crearon una manera de escuchar el ruido, dándole un orden a caos por medio de reverbs, ecos, guitarras desordenadas y esas voces cavernosas y huecas.
A pesar de que 2014 marcó el regreso del sonido post-punk en las bandas actuales, sabemos que las modas llegan para quedarse y siempre vuelven. Psychocandy suena a recién salido del horno, fresco y actual. No nos asustemos si todos comienzan a peinarse con crepe y a usar gafas negras durante la noche.
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