Por Ernesto Olvera / @MyBlogCliche
Es tiempo de que se dejen de tapujos y clichés como la Quija. Eso ya pasó, ya hasta hay case con su diseño para el iPhone y zapatos con la tabla dibujada en los tacones. Ha llegado la hora de que se dejen llevar por su lado más desorientado y podrido para invocar a Satán en cuanto cae la noche y, qué mejor manera de hacerlo, que con una selección musical que funcione como estímulo al momento de querer entrar en contacto con un ser que tal vez ni siquiera se haga presente.
Pero sí lo logran, la satisfacción vivirá en su corazón mientras suena la densidad de estos discos:
Blood Ceremony funciona más como un colectivo que desde Canadá está narrando historias de paganismo y redención que a simple oído no se perciben como algo denso en realidad, al contrario, las canciones llegan a tener arreglos de flauta y una acústica que las hace bastante accesibles. Sin embargo, los relatos que van depositando en nuestros oídos en álbumes como The Eldritch Dark exponen las batallas que tenemos al momento de enfrentarnos a la idea de la existencia de Dios y Satán.
Este es su tercer disco y sin problemas podemos decirles que es lo más pensado y estructurado que han entregado hasta el momento. El mensaje es claro y la intensión peca un tanto de dolorosa, pero al final sus composiciones sirven como un estímulo para el espíritu poseído que vive en cada uno de nosotros.
Entradas relacionadas
