Por Francisco Camino
Fotos Fernando Aceves/OCESA
Iron Maiden lo hizo de nuevo.
The Book Of Souls World Tour tiene una semana de haber iniciado, y como ya es casi una costumbre, Iron Maiden vino de nuevo en el mes de marzo con un álbum doble y un jumbo jet 747 pilotado por el mismo Bruce Dickinson.
El concierto lo abrió la banda inglesa Raven Age, cuyo único mérito es que el guitarrista es hijo de Steve Harris, bajista y líder de Iron Maiden. Reven Age no tocan tan mal, pues cobijan el trash con melodic metal, pero el vocalista es muy malo. Pasaron si Peña ni gloria.
El medio tiempo tocó el turno de Anthrax, y vaya que lo hizo bien. Apenas tocar ocho temas en 45 minutos, donde los fans mexicanos cantaron clásicos como «Caught in a Mosh», «Madhouse», «Antisocial», «Fight ‘Em ‘Til You Can’t», «Evil Twin Medusa», «Breathing Lightning» e «Indians».
A las nueve de la noche con tres minutos comenzó el plato fuerte. El intro de minuto y medio en las pantallas gigantes, fue una animación digital sobre Eddie, la mascota de Maiden, en la selva en plena civilización maya.
En el sonido de ambiente se escucha «Doctor Doctor» de la banda UFO, para dar paso a «If Eternity Should Fail», con un Bruce Dickinson en la parte más alta del escenario que emula pirámides mayas. «Speed of Light» sonó en segundo lugar con una influencia clara de Deep Purple. Le siguió «Children of the Damned» y la emotiva Tears of a Clown que es un tema dedicado al gran actor fallecido Robin Williams.
A cada canción se cambiaba la imagen del fondo del escenario, y estas resultaban espectaculares. Siguieron «The Red and the Black» para dar paso a la épica y poderosa «The Trooper». Con Powerslave se apreció a un gran Eddie ataviado como dios y un enorme penacho. Siguiendo con esta temática llegó «Death or Glory» y la que le da título a la gira, donde Bruce habló sobre la grandeza de los mayas y de interpretar este tema con una máscara de Blue Demon, donde cabe mencionar que también salió un Eddie de más de dos metros de altura. En una parte de esta presentación, Bruce le quitó el corazón para ofrendarlo a la gente.
«Hallowed Be Thy Name» y «Fear of the Dark» con su espectacular coro hecho por los más de 15 mil asistentes las hicieron sonar con un poder especial. En esta parte ya del show sonaron solo clásicos: «Iron Maiden» tema homónimo y «The Number Of The Beast» fueron magnificadas por dos espectaculares y gigantescas figuras de Eddie y Satanás, respectivamente. Al terminar esto, Bruce hablo de la unión de la gente en todos los continentes que Maiden ha visitado y le dio paso a el tema «Blood Brothers». El concierto finalizó con «Wasted Years» un tema que es de los favoritos de los mexicanos.
Em términos generales fue un gran concierto y nos mostró una vez más la calidad musical de cada miembro de la banda, donde cada elemento suena fuerte y equilibrado. Una vez más Iron Maiden cumplió con los mexicanos.








