Björk no necesita de mayor introducción e incluso en una retrospectiva general de su carrera podrán ser testigos de la constante reinvención por la que ha ido atravesando, ya que desde sus inicios en la banda de post-punk KUKL y The Sugarcubes, siempre se encargó de jugar con ambientes que sin complicación alguna terminaron siendo sometidos por el poder de sus cuerdas vocales.
Naturalmente, con el lanzamiento de discos como Debut y Post, su nombre es capaz de brillar por su propia cuenta sin importar si está creando un experimento que pocas personas podrán digerir por completo como el concepto de Biophilia, o animándose a dar DJ sets bastante raros solo para ocupar los tiempos muertos que existen mientras se encuentra grabando un nuevo disco.
Pero mucho mucho mucho tiempo antes de todo eso, Björk lanzó un disco homónimo que a simple oído puede resultar un poco divertido, pero una vez que se le da varias vueltas, resulta muy interesante que con solo 11 años ya estaba haciendo cosas bastante ambiciosas.
Los más fans puede que ya tengan muy bien ubicado este disco publicado en 1977, pero por si acaso no tenían ni la más remota idea de su existencia, este es el momento indicado para escucharlo.
Entradas relacionadas
