Por Ernesto Olvera
Fotos David Barajas
Si bien no han pasado ni tres meses desde que vimos a A Place To Bury Strangers en el Festival NRMAL, siempre es un placer ver en directo a una banda como esta debido a que desde el primer acorde nos aseguran un trayecto musical que no puede compararse con nada.
En serio, solo basta con recordar lo que hicieron en NRMAL al momento de tomar el escenario, el cual fue cubierto por completo por las paredes de ruido que suelen construir con solo una guitarra, pedales, bajo y una batería que por momentos aparecía por encima de cada uno de los elementos previamente mencionados. A Place To Bury Strangers son sinónimo de calidad y por ende su presentación en Caradura como parte del showcase del festival Indica era un MUST.
La banda neoyorquina tuvo el respaldo de dos de los actos más atractivos de nuestro país que, con pasos un tanto discretos, se están haciendo de un nombre bastante respetable dentro de los terrenos oscuros de la ciudad. Los primeros de ellos son Stendal, quienes con un post-punk bastante elegante se encargaron de darle continuidad a la excelente presentación de los chicos de Marlento.
Después llegó el turno de A Place To Bury Strangers y desde que empezó su torbellino de poder, las posibilidades que que el lugar se hiciera pedazos como las guitarras de Oliver Ackermann iban en aumento. El trío no tiene piedad, es una banda que sin importar las dimensiones del escenario en el que toquen de igual manera lo dan absolutamente todo.
Son una banda con mucha alma y que constantemente dejan al descubierto la pasión con la que están haciendo esto y con la cual nos han entregado cuatro sólidos álbumes de estudio. Además, para hacer que el show se tornara aún más especial, se volvieron a bajar del escenario para cerrar con broche de oro su presentación en medio de los asistentes.
Hay que recordar que esos cierres sirvieron para que la banda lanzara su más reciente sencillo, Kicking Out Jams.
Tal vez a muchos les tomó más de 5 años agarrarle la onda a A Place To Bury Strangers (sus primeros conciertos pasaron muuuy desapercibidos) pero ya saben lo que dicen, más vale tarde que nunca y gracias a eso esperamos que sigan descubiendo más y más bandas que merecen un lugar especial en su corazón, ya que de esta manera podremos seguir disfrutando de conciertos super chingones como éste en la ciudad.