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COBERTURA

El último destello de Astro en la Ciudad de México

Por Montserrat Antúnez Estrada
Fotos Fresale

Cuatro pares de baquetas golpean diferentes tambores. Vibraciones rítmicas. Los gritos y saltos de los asistentes no cesan. Luces amarillas y naranjas iluminan el Foro Indie Rocks. Cientos de personas son testigos, nota tras nota, de la muerte de un cuerpo luminoso. 13 de mayo, Astro brilla por última ocasión en la Ciudad de México.

Tras los primeros versos de “Manglares”, canción incluida en Astro, el primer álbum de estudio de la banda chilena, una cama de manos hecha por el público recibe al vocalista Andrés Nusser. No suelta el micrófono. Lego Moustache (bajo y percusiones) extiende una mano para ayudar al cantante a regresar al escenario.

Cantan “Maestro Distorsión”, la dedican al pueblo mexicano y se refieren a ella como una canción muy especial. Y lo es, han pasado siete años desde que Le Disc de Astrou, su primer EP, se escuchó por primera vez. “Maestro distorsión” fue, un año después, la melodía más coreada por el público durante su presentación en el Vive Latino.

El vocalista mencionó que una canción apenas nace cuando se graba, mientras que, al llevarla a una presentación en vivo, ésta madura. Lo mismo ha sucedido con Astro. El tiempo y múltiples presentaciones en varios países y festivales, como el Primavera SoundLollapalooza, hicieron que la agrupación chilena madurara a la par de su música.

Se apropian del escenario. Equilibran el sonido de sintetizadores con el ritmo de tambores, bongos, un bajo y la voz aguda de Nusser. Brindan con tequila entre cada interpretación. Nusser acerca el micrófono al público para que sean ellos quienes canten el coro de sus canciones. Los únicos rastros de Chicos de la luz, su último álbum, son la canción “Caribbean” y la playera que usa Zeta (teclado y bajo) con la portada del disco. El 9 de mayo, cuando el cuarteto chileno confirmó su separación vía Facebook, se hizo oficial: Astro no dejaría que su última producción creciera como lo hicieron Le Disc de Astrou (2009) y Astro (2012).

Acompañan las canciones “Le golden ballon”, “Drogas mágicas” y “Miu-Miu Reaparece” con un juego de luces que van de lo negro a ligeros destellos de colores, estrategia que concuerda con el misticismo propio de sus letras. “Cada canción que pasa nos acerca más al final y eso nos da mucha tristeza”, menciona Andrés Nusser mientras con sus manos peina su cabello hacia atrás y hace una mueca de preocupación. Dejan de tocar. El público grita. El vocalista, Zeta, Lego y Octavio (baterista) se reúnen en el centro del escenario para abrazarse. Recalcan que la separación no es causa de problemas entre ellos.

Siguen con “Pepa” y “Volteretas”. Entre las canciones más aclamadas están “Coco” y “Colombo”. Con la última, durante un intervalo sin cantar, los asistentes, que vienen de diversas entidades del país, repiten varias veces los versos “ojalá se queden y que no se vayan”, lo que causa la sonrisa de los músicos.

Cierran con la frase gracias totales y “Ciervos”, canción cuyos versos dicen: ‘Tenemos ganas de correr, de correr (…) Bailar y brillar’; tal como, desde ahora, lo hará Nusser, quien ya anunció un primer trabajo como solista, al igual que Lego y Zeta, que preparan un álbum. Sin embargo, esta noche Andrés Nusser, Octavio Caviares, Lego y Zeta Moustache todavía son cuerpos celestes. Al menos por hoy, los cuatro, aún son Astro.

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