Por Vanessa González
El pasado sábado 20 de mayo, se llevó a cabo la primera edición del Festival Bravo en Valle de Bravo. Existía incertidumbre de que tan bien organizado estaría, sin embargo, en mi opinión todo estuvo de maravilla.
Al llegar al lugar, pude sentir perfecto el feeling que querían transmitir… de libertad con diversión y aventura. Se parece en decoración a Bahidorá sin perder la esencia de Bravo. En realidad el venue no era muy grande, todo estaba cerca y podías escuchar a las bandas mientras hacías las actividades que te ofrecía el festival, como lanzarte de la tirolesa mientras escuchabas a Ela Minus, Little Jesus, Wet Baes y más.
NoMBe, al ser su primera vez en México, prendió mucho al bajarse del escenario a cantar y bailar con el público que gritaba eufórico.
La noche llegó con SOHN y su estilo único, puso a bailar a todos con «Conrad», para luego cederle el paso a uno de los actos más esperado de la noche: SBTRKT en su modalidad de DJ set; En lo personal me pareció que comenzó bien y después de 1 hora de escuchar lo mismo, comenzó a bajonear a los asistentes al grado de que poco a poco comenzaron a dejar el escenario.
A diferencia de otros festivales, no estaba a reventar, podías sin problema llegar hasta adelante a ver a tu banda favorita en 1 minuto y comprar bebidas sin hacer laaargas y tediosas filas.
Llegando a la madrugada, abrieron el segundo escenario en el bosque, algo más ‘privado’ para los que querían ver visuales de luces y escuchar música diferente al mando de Andre VII, Weval y Crussen, quienes pusieron a bailar a todos con sus mezclas peculiares en este escenario.
Sin duda el Festival Bravo superó mis expectativas y estoy segura que las de muchos otros también, así que #BravoBravo!