Por Ernesto Olvera
Fotos Fresale
No a todas las personas le gustan los cambios, pero los cambios siempre son necesarios para poder crecer. Cuando Alice Glass anunció su salida de Crystal Castles era muy sencillo pensar que ese sería el final del a banda. Pero no, en medio de dimes y diretes, Ethan optó por seguir su camino y mantener de pie este proyecto que, en sus propias palabras, ‘siempre ha sido suyo’.
Cuando se pierde un elemento fundamental como Alice, tanto creativa como en escena, siempre habrá un hueco visual al que difícilmente nos podremos acostumbrar. Pero ayer regresó Crystal Castles a México con Edith Frances al frente y con el pensamiento de no seguir aferrándonos al pasado, decidimos verlos como parte del extenso proceso promocional de AMNESTY (I) en el Plaza Condesa.
Con la mente en blanco y abiertos a lo que Edith pudiera presentar, el show empezó bastante bien con tres de los mejores cortes de su segundo álbum: «Intimate», «Baptism» y «Suffocation», canciones que inevitablemente nos llevaron de regreso al pasado para pensar en lo que probablemente habría pasado en El Plaza si Alice se hubiera estado contoneando de un lado a otro y bajándose a fiestear con las personas que se encuentran hasta adelante.
Pero eso no pasó en esta ocasión, ya que la limitante fue ver a Edith girando sobre su propio eje y echándose agua una y otra vez para luego lanzarla al público (no importa qué canción fuera, siempre lo hacía). Pero hey! Aún había mucho por ver, ya que musicalmente la estructura de Crystal Castles sigue siendo exactamente la misma y no nos podemos quejar realmente sobre el audio, ya que estuvo impecable e incluso eso provocó que su presentación no se convirtiera en algo aburrido.
Tal vez la nostalgia siempre será el motor principal de todo concierto donde queremos revivir personas, experiencias o sentimientos que nos acompañaban hace 8 o 10 años, es por eso que siempre se agradece escuchar en vivo canciones como «Crimewave», «Empathy» y «Kerosene», con las cuales es inevitable no dejarnos llevar sin pensar tanto en quién es mejor o peor, y bailar aunque seamos las personas más rítmicas de la vida.
En cuanto a las canciones de AMNESTY (I), cabe mencionar que la que una de las que resalta demasiado en el álbum es «Char», así que era muy interesante poder escucharla en vivo después de haber soltado un par de clásicos de sus discos pasados y con ello apreciar la voz de Edith en su estado natural.
¿Qué pasó? Bueno, pues está de más decir que la versión en vivo de «Char» no es la más agradable de la vida, ya que en ocasiones daba la impresión de que la voz se perdía por debajo de la parte instrumental (que es una chulada, obvs). Y si, naturalmente este es otro de los tantos puntos que necesita afinar la banda para darle una mayor solidez a su nuevo show.
Luego de echarse un momento de saturación con «Teach Her How To Hunt» y darle pie a «Enth», la emoción de las personas iba de arriba para abajo, ya que así como podían explotar en las canciones como «Celestica» (</3), también se quedaban viendo con una mueca de incertidumbre cuando se echaron un popurrí muy particular que incluía «Frail», «Empathy» y su clásica «Untrust Us».
En ocasiones era imposible no decir ‘SHIT GOT REAL!’, más porque el setlist tuvo una excelente curaduría que reunía los momentos más destacados de su discografía (aunque nos hubiera gustado escuchar «Air War»). Es más, hasta se dieron el lujo de hacer dos encore: En el primero regresaron con «Femen» para despedirse con «Not In Love», para después regresar con su estelar «Concrete».
Es importante mencionar que «Concrete» estuvo de diez y aunque hubo muchos sentimientos encontrados a lo largo del concierto, en este momento llegamos a la conclusión de ‘Esto es Crystal Castles ahora… esto es lo que hay’.
Si fueron de los que tuvieron la fortuna de ver a Crystal Castles en sus visitas pasadas y no se dieron una vuelta por este concierto, les recomendamos ampliamente que se queden con el recuerdo que tienen de sus confrontadores shows, ya que es muy probable de que eso no vuelva a pasar ni hoy, ni mañana ni cuando saquen su próximo álbum en esta modalidad.
Podrá gustarnos o no, pero esta es una nueva etapa en la vida de Crystal Castles. Una que quizá necesita replantearse los patrones que quiere seguir en el futuro para montar un show con el que dejemos de voltear atrás y no uno con el que parece que el mismo Ethan entró en una monotonía que nos lastima el corazón.
Y si, ahora no nos queda más que esperar la movida de Alice Glass para ver que hará con su álbum debut…