La pasión que existe alrededor del fútbol es equivalente a la que se vive en la pantalla grande. Una gran actuación es directamente proporcional al desempeño de un futbolista en el campo de juego. Son disciplinas donde todo debutante tiene que atravesar por escenarios muy cansados y que en determinadas ocasiones termina por agotar su paciencia.
No es ninguna novedad que existan artistas que inicien su carrera artística dentro de una rama para después tratar de conquistar un universo alterno, como el caso de los futbolistas que se hacen diputados, los diputados que se hacen actores, los actores que se hacen músicos y los músicos que acaban siendo actores de cine.
Quizás el salto menos bizarro de esta combinación es la de los músicos y el cine, ya que comienzan desempeñando sus actuaciones en vídeos musicales que a la larga les dan una mayor seguridad y confianza al momento de enfrentarse a miles de personas en un concierto.
Pero no crean que al dominar a una audiencia ya pierden el temor y el nerviosismo de explorar nuevas disciplinas como el cine. Por esa razón les traemos ejemplos de dos países completamente diferentes para que sean testigos de los retos a los que se enfrentaron artistas del calibre de Gustavo Cerati, quien en la cinta “+Bien” no solo se encargó de componer la música que la complementa, sino que dio vida al personaje de Jorge.
Esas complicaciones terminaron teniendo un impacto favorable tanto para Björk como para Cerati, ya que las experiencias que tuvieron al momento de trabajar en un proyecto cinematográfico los impulsó a querer ser mejores dentro de sus propias ramas musicales.
Lo mismo pasa con una selección de fútbol, la cual aprende de los aciertos y errores en una eliminatoria mundialista. No por algo Argentina e Islandia lograron entrar a la Copa del Mundo para enfrentarse entre sí.
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