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COBERTURA

La segunda edición de Hipnosis salió victoriosa del lodo, la lluvia y el frío

Por Ernesto Olvera / @MyBlogCliche
Fotos @Fresale

Los festivales en México nunca la han tenido tan fácil. Desde aquellos gigantes como el Vive Latino y Corona Capital, hasta otros de menor capacidad como Ceremonia, siempre se han enfrentado a problemáticas que nos generan un sin fin de preguntas que por lo regular tienden a tener respuestas poco alentadoras. Sin embargo, la organización que han tenido ha provocado que las experiencias sean mucho más llevaderas para los asistentes cuando las condiciones climáticas son el factor que pone en riesgo el desarrollo de un evento al aire libre.

Pero… ¿Qué pasa cuando no solo el clima nos pone nerviosos? ¿Qué hay de esos cambios de último momento que hacen que cambiemos nuestros planes para alejarnos de la ciudad? Bueno, pues si algo hemos aprendido de fenómenos como Ceremonia donde inicialmente estaba programado para Xochimilco y en su misma semana se movió al Foro Pegaso, es que la gente siempre se terminará alejando de la ciudad cuando realmente quiere ver a sus bandas favoritas y tener una experiencia musical.

¿El lodo y la lluvia? Eso es lo de menos, y más cuando esos cambios siempre terminar poniendo como prioridad a la música y la experiencia de las personas con cada banda que desfila sobre el escenario, tal y como lo demostró Hipnosis con su segunda edición.

Si bien las Caballerizas de Huixquilucan no es el primer lugar que nos viene a la mente para un festival, el espacio tuvo la complejidad suficiente para recibirnos aún con las dificultades que había en el trayecto para acceder de forma rápida. Es decir, si agarrabas el transporte gratuito te hacías cerca de dos horas para llegar hasta allá, cuando por lo regular se hace una hora o poquito menos.

Ya instalados en el festival que, por fritos llegamos cuando iba empezando DIIV, su presentación estuvo llena de algunas sorpresas que sirvieron como teaser de lo que está por venir en su próximo álbum, ya que incluyeron tres canciones nuevas que si bien no se alejan del sonido que presentó en Is The is Are, si cuenta con elementos que dejan al descubierto la madurez que han adquirido con el paso de los años, comenzando por Zachary Cole Smith.

Por otro lado, aunque la mayor parte del lugar estaba cubierta de lodo por la lluvia que había caído horas antes, no era tan catastrófico desplazarte de cualquier parte del escenario hasta la zona de comida, ver la merch que vendían o hacer fuerza en las piernas para subir a «la tierra prometida» y ver cómo nacía la fogata mientras sonaban las primeras notas del set ultra viajado de OM.

Si, quizá OM no es la banda más accesible para la mayoría de los oídos presente en Hipnosis, pero aún así mientras se iban a comer o descasaban en una de las zonas que no parecía zona de guerra, las personas mostraron una actitud bastante chida con la que estaban abiertas a darle chance a las bandas que tal vez no conocían o que no entraban dentro de su lista de favoritos, por lo que nunca hubo ningún tipo de mal mood en la atmósfera colectiva del festival (al final, de ESO se tratan las experiencias musicales al aire libre).

Además, las densas vibraciones de OM fueron el preámbulo perfecto para ver al siempre genial Ripley Johnson con su banda, Wooden Shjips, la cual regresó este año con un sólido álbum luego de haberse dado un pequeño descanso para enfocarse en Moon Duo (con quien lo vimos hace un año en NRMAL).

Con la llegada de Wooden Shjips también llegó el momento que no esperábamos con ansias, pero que sabíamos que iba a suceder: la lluvia. Bueno, quizá algunos corrieron a refugiarse de ella, pero fue muy grato ver que la banda no se quedó sola en el escenario; incluso parecía que nadie estaba siendo intimidado por la lluvia de Huixquilucan y simplemente optaron por dejarse llevar por los tripeables riffs de la banda y clásicos como «Lazy Bones».

«Nosotros también nos estamos mojando», diría Ripley al micrófono, mientras frente a ellos había dudes que les valía no llevar una chamarra y mover la greña mojada en un trip de auténtico psych.

Unknown Mortal Orchestra es una banda que puede dar uno de los mejores shows de un festival o pasar un poco desapercibido como en su visita anterior como parte del Corona Capital, ya que en esa ocasión se dieron el lujo de presentar versiones alternas de algunos de sus clásicos y por ende se perdía un poco la esencia de lo que suelen mostrar en escena.

Afortunadamente en Hipnosis pasó lo primero y no solo restablecieron joyas como «Can’t Keep Checking My Phone» y «Ffunny Ffriends», sino que Ruban Nielson domina el escenario de forma impecable por medio de su estilo para sostener la guitarra y la manera en la que se desenvuelve en cada rincón, por lo que su energía se contagia y termina haciéndonos bailar con clásicos como «Multi Love» y los extractos de su excelente Sex & Food.

Independientemente del cambio de venue, los zapatos llenos de lodo y el frío que cada vez era más intenso mientras esperábamos a King Gizzard & The Lizard Wizard, la curaduría del cartel mostró una calidad impecable desde el inicio y cada una de las bandas tenía ese porte con el que le entregaba al público lo que necesitaba. Con un mensaje directo y enfocado a eliminar las preocupaciones que podía tener todo aquel que cuidaba a más no poder su outfit, Hipnosis dejó al descubierto lo mejor de nosotros mismos, la camaradería y el cómo podemos convivir sin complicaciones al tener como prioridad principal: la música.

Y entonces, ya bien entrados después de la medianoche llegó el momento de ver a 7 tipazos super atascados que no solo traen actitud badass, sino que reproducen a la perfección ese sentimiento por medio de sus instrumentos. Sus canciones de 7, 10 o más minutos hacen que nuestra mente se pierda en una comunión dominada por el baile y el slam. Es King Gizzard & The Lizard Wizard y desde que se arrancó con «Rattlesnake» sabíamos que el tiempo de espera realmente había valido la pena.

Lo interesante es que a esa hora aún había una notable cantidad de personas en el festival, con lo que podemos reafirmar lo que les mencionábamos al inicio: los fans realmente son capaces de moverse con tal de ver a sus bandas favoritas. Naturalmente eso no significa que deben aprovecharse de ellos, ya que su lealtad debe ser retribuida con respeto, un trajo justo y uno donde su experiencia no se dañe por las condiciones climáticas o cualquier otro factor.

Este fin de semana Hipnosis puso el ejemplo y los problemas que llegó a tener con el transporte (algunos camiones se perdían al inicio), el venue, las filas de la comida y la calidad de los baños, son cosas que pueden tomar a consideración para ser mejores en 2019.

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