Fotos Steff Torres / @stefftorress
Por Ernesto Olvera / @MyBlogCliche
Iceage es una banda de mucha convicción y es el reflejo más claro de la evolución musical por la que debe pasar una banda relativamente joven, ya que en menos de 10 años han publicado álbumes donde su sonido no solo se ha diversificado, sino que su estilo de composición es cada vez más sabio.
Digamos que su trabajo va madurando al mismo tiempo que su pensamiento, ya que cuando se encontraban trabajando en New Brigade ni siquiera habían terminado de estudiar y por ende fueron frenando un poco las sesiones de grabación para enfocarse en la escuela, para después dar por terminado su álbum debut.
Hablar de sus orígenes es fundamental para valorar cada aspecto de lo que es Iceage dentro y fuera del escenario, principalmente en un país como el nuestro donde si no es una banda que se llame Interpol, Arctic Monkeys o The Strokes, sabemos que pasará desapercibida por no recibir el mismo inflamiento mediático.
Es por eso que no esperábamos que la banda fuera a regresar a México, ya que durante su presentación en el Corona Capital lamentablemente el nivel de convocatoria fue muy bajo (también porque los pusieron a la 1 PM…); sin embargo, con el proceso promocional de Beyondless finalmente pudimos ver el nuevo porte que tiene la banda, ya que incluso se les nota mucho más confiados gracias al liderazgo de Elias Bender Rønnenfelt.

Aunque al inicio se encontraron con algunas fallas con la guitarra de Johan Surrballe, su presentación tuvo momentos clave donde no solo dejaron en evidencia el poderío musical que llevan en la sangre, sino que es un cuarteto de placeres sencillos. No necesitan alardear sobre el escenario o orquestar una sesión de aplausos con los asistentes para dar un tremendo concierto; con Iceage todo gira alrededor de su actitud, la sencillez y la forma en la que se imponen al tocar “Hurrah”, “Pain Killer” y “The Lord’s Favorite”.
De cierta manera podemos decir que su regreso a México fue como una reunión entre camaradas. Una donde estábamos familiarizados con lo que nos iban a entregar y que gratificado de maravilla por parte de las personas en cuanto sonó “White Rune” de su álbum debut, ya que a partir de aquí fue cuando se soltaron los empujones sin temor a nada. Pasamos de la expectación y el goce, a la euforia en cuestión de minutos, lo cual provocó que hasta el mismo Elias pusiera otro granito de arena y demostrara los segmentos inesperados que podemos encontrar en un concierto de Iceage al lanzarse del escenario.
El tipo lo hizo como todo un pro, sin avisar, sin juntar a la gente o dar señas de lo que iba a pasar, y aún así logró salir victorioso al ser cargado por las personas que estaban hasta enfrente mientras sonaba “Morals”.

Otra muestra de la camaradería que se vivía en SALA fue que entre la audiencia estaba su friend Loke Rahbek (Croatian Amor, Damien Dubrovnik, Olymphia, Sexdrome, etc), quien aprovechando su presentaciones en MUTEK MX se dio una vuelta para verlos junto con Varg y AnnaMelina (el crew de Posh Isolation, pues).
Es muy triste ver que bandas como Iceage no tienen el reconocimiento que se merecen en nuestro país, y en lugar de voltear a ver este tipo de bandas que son capaces de dar conciertos impecables, seguimos viendo hacia los mismos caminos; esos que no dejan de decepcionarnos y que además llegan a Mèxico cobrando mas de 2k pesos por boleto. Y si, tan solo pongo como ejemplo el nuevo berrinche de Morrissey, ya que mientras él cortaba su concierto como siempre suele hacerlo, en SALA estábamos siendo testigos de un momento único e irrepetible.
¿Qué les digo? La verdad es que todos los que se lanzaron a ver a Iceage son muy afortunados de haber vivido un momento muy especial que probablemente nunca volverá a repetirse.






