Skip to content

ENTREVISTA

The Jesus and Mary Chain: La importancia de ‘Psychocandy’, «Just Like Honey» y su futuro

Por José Ignacio Hipólito
Fotos Fresale

El importante lugar de The Jesus and Mary Chain en la historia de la llamada música “alternativa” no llegó por los medios convencionales. Ni la radio, televisión o la prensa escrita fueron muy amables con ellos a lo largo de extensa carrera.

Han sido pequeños destellos en la cultura popular, lo que los convirtió en lo que actualmente son: un pilar para hablar de la combinación entre el pop y la distorsión. Sin la música de la agrupación, My Bloody Valentine, Low, Slowdive, Dinosaur Jr, Mudhoney, Smashing Pumpkins y otra centena de bandas, no existirían. Pero el camino de la banda no fue fácil.

En 1998 se separaron y no sería sino hasta casi 10 años después que se reunirían en Coachella y tendría que pasar otra década para que pudieran grabar otro álbum. Tuvimos la oportunidad de platicar con Jim Reid, uno de los hermanos fundadores de The Jesus and Mary Chain, acerca de la larga y tumultuosa carrera de la banda y esto fue lo que nos dijo.

Filter: Hola, Jim. Muchas gracias por darte el tiempo platicar conmigo previo a su concierto en El Plaza. ¿De dónde vienen?

Jim Reid: Venimos de tocar en Sao Paolo, Brasil.

F: ¿Sigues emocionándote por tocar en vivo en lugares en los que no tocan muy a menudo?

J.R: Sí, sigue siendo surreal presentarte en cualquier parte del mundo frente a cientos de personas. Es algo que nunca tomó por sentado.

F: Antes que cualquier otra cosa, quiero preguntarte acerca de Psychocandy, el primer álbum de la banda. ¿Cuándo lo estaban haciendo, sintieron que tenía algo especial o icónico entre las manos?

J.R: No quiero sonar arrogante, pero sí, lo creíamos. Sentíamos que el álbum iba a tener vida propia. Nunca pensamos que iba a ser un álbum lanzado en 1985 pero olvidado al año siguiente. Nos sentíamos muy seguros de las canciones que escribimos y esperábamos que 10, 20 o 30 años después, más de 10 personas siguieran escuchándolo y aquí estamos, hablando de él y celebrándolo.

F: Quisiera hablar acerca de una canción en específico: “Just Like Honey”. Es una canción que además de abrir el álbum, también abre sus conciertos -no siempre pero a menudo-, es una de las favoritas de sus fanáticos y de los no tan fanáticos, y además aparece en un momento clave en la película “Lost in Translation”, misma que de alguna manera le rindieron tributo en el 2007, cuando la tocaron en vivo con Scarlett Johansson en su reunión en Coachella. Es una canción icónica en la carrera de la banda.

J.R: Lo es. De hecho creo que esa película atrajo a nuevas audiencias y ayudó a incrementar el interés en la banda. Llegó a personas que probablemente nunca hubieran escuchado a The Jesus and Mary Chain. Fue increíble. No me puedo quejar.

F: ¿Sientes que tiene un lugar importante en la cultura popular?

J.R: La manera en la que Sofia Coppola utilizó la canción en su película fue la mejor. Previo a ello, aparecimos en otros filmes, pero nuestras canciones siempre solían aparecer como fondo, ya fuera en una radio o en la televisión; siempre se escuchaban como por tres segundos. De hecho recuerdo haber ido a ver un par para ver en qué momento aparecerían nuestras canciones y nunca las escuchaba.

J.R: Recuerdo haber ido a ver Lost In Translation no sólo porque aparecía “Just Like Honey”, sino porque ella es una gran cineasta. No tenía idea de cómo la iba a utilizar y mientras la veía, pensaba “no ha aparecido la canción, me pregunto si me la perdí”. Entonces llegó el final y me sorprendió; por primera vez nuestra música era utilizada como se debe. Creo que nadie va a superar ese momento.

F: Regresando a Pyschocandy. No sé qué tanto tuviste que ver en el sonido del álbum; las diferentes capas de distorsión, el reverb imperante en tu voz, el aparente eco que hay en todas las canciones. ¿Cupal fue el proceso para lograr el icónico sonido del álbum?

J.R: De hecho nunca nos sentamos a discutirlo. Yo y mi hermano empezamos haciendo demos de 4 tracks sin mucha producción. Armamos algo muy básico en el cuarto de nuestros padres. Teníamos en mente cómo queríamos que The Jesus and Mary Chain sonara pero no podría describir por completo cómo lo logramos.

J.R: De hecho, la grabación del álbum empezó varias veces, pero los ingenieros de sonido con los que trabajábamos no tenían ni idea de lo que queríamos hacer o de lo que hablábamos. No fue sino hasta que contactamos a un hombre llamado Jon Loder, que logramos empezar a trabajar propiamente en el álbum. Él nos ayudó a armar nuestra mesa de grabación, a conectarnos y nos dejó solos en el estudio. Antes de que se fuera le dijimos “no sabemos cómo funciona esto” y él nos contestó, “no se preocupen eventualmente lo entenderán”.

J.R: Después de eso, empezamos a grabar hasta que eventualmente John regresó y le dijimos, “rompimos tu estudio, John. Escucha esto”. Le enseñamos algunas de las canciones con ese sonido distorsionado y se sorprendió. Le preguntamos si podíamos quedarnos con él al momento de mezclarlo y nos dijo que no había problema. Esa es parte de la historia detrás del sonido de Psychocandy.

F: Ese sonido influyó a cientos de bandas; se me viene a la mente My Bloody Valentine, Low, Slowdive y Dinosaur Jr, por sólo mencionar un par. ¿Se te ha acercado alguno de los miembros de estas bandas a agradecerte o al menos decirte algo acerca de The Jesus and Mary Chain?

J.R: Sí, claro. De vez en cuando. No te podría dar nombres porque no me acuerdo, pero muchos músicos se me han acercado a decirme que gracias a The Jesus and Mary Chain, ellos decidieron empezar a hacer música.

F: De regreso a esos primeros días de The Jesus and Mary Chain. En una de las primeras entrevistas que les hizo la BBC, mencionaste que odiabas a Joy Division.

J.R: Sí, lo dije, pero porque me habían dicho que al entrevistador le gustaba mucho la banda y me advirtieron que no podíamos decir nada malo acerca de ella. Quería molestarlo, pero en realidad soy un gran fan de Joy Division, de hecho los fui a ver cuando era niño. En aquél entonces eran posiblemente mi banda favorita, nunca pensé que la gente iba a recordar esa entrevista 35 años después, si lo hubiera sabido, no lo habría dicho.

F: ¿Alguna vez se sintieron parte de una escena musical?

J.R: No, creo que no hay un sonido que podríamos llamar “hogar”. Cuando llegó el britpop, la banda parecía estar llegando al final del túnel. En aquél entonces, pensábamos “por fin, las puertas se nos van a abrir” pero cuando ese sonido explotó y llegó al mainstream, nos dejaron afuera; nos olvidaron.

J.R: En los 90 pensábamos que nuestra música iba a ser escuchada en estadios. Eso queríamos. Cuando piensas que eres la mejor banda del mundo, ¿por qué quisieras tocar en un lugar al que sólo le caben 20 personas? Queríamos regresar el tiempo a los 60 y 70 y convertirnos en los siguientes T.Rex, David Bowie o The Doors.

F: Hablando del mainstream, en el último álbum que lanzaron Damage & Joy, colaboraron con Sky Ferreira, ¿ustedes se acercaron a ella o cómo sucedió esta colaboración?

J.R: Queríamos hacer un álbum de duetos y le preguntamos a otras bandas si tenían alguna sugerencia. Bobbie Gillespie de Primal Scream nos dijo que Sky Ferreira querría hacerlo. De hecho ya la conocíamos. Asistió a uno de nuestros conciertos en Estados Unidos, entonces la colaboración fue algo muy natural.

F: También colaboraron con Hope Sandoval en la canción “Sometimes Always” en el 94.

J.R: Sí, nos enamoramos de la voz de Hope desde que escuchamos por primera vez a Mazzy Star, entonces nos acercamos a ella y nos dijo que sí. Es una de nuestras colaboraciones favoritas.

F: En 1998 lanzaron Munki, el álbum que podría haber sido el último de la banda, un disco que según tengo entendido fue un caos, ¿comprado con este, que tan difícil fue grabar Damage & Joy?

J.R: Al principio nos preocupamos porque pensábamos que iba a ser difícil. Habíamos hecho un par de giras y conciertos, pero me preocupaba entrar a un estudio; a una situación claustrofóbica, porque sentía que nos podíamos volver a pelear. No pasó. Hicimos el trabajo y nos hicimos amigos una vez más. Nos ayudó a acercarnos.

F: ¿Cuál fue el problema en un principio, por qué es que se pelearon hasta el punto de terminar con la banda?

J.R: No lo sé. No entiendo cómo es que no podíamos ni siquiera vernos. No es como que un día nos despertamos y decidimos odiarnos. Fue algo gradual. Algo que paso mientras los años pasaban. Desde que empezó la banda discutíamos. Usualmente nos gritábamos por la música y de hecho, la música sonaba mucho mejor porque nos gritábamos. Pero poco a poco, empezamos a discutir acerca de todo e implotamos. No sé quien tuvo la culpa, ni porque paso.

F: ¿Crees que haya sido porque tú y William son hermanos?

J.R: No. Creo que tiene ver más con la claustrofobia de estar en una banda. Tienes una cierta cantidad de oxígeno y eventualmente nos peleábamos por él. De hecho si no hubiéramos sido hermanos, creo que la banda se hubiera terminado mucho antes. Nos teníamos que ver. Somos hermanos lo queramos o no. No podemos separarnos por completo porque eventualmente nos veremos en la casa de nuestros padres en navidad.

J.R: Creo que si en 1998 alguien nos hubiera dicho que era tiempo de darnos un descanso, tal vez no nos hubiéramos separado, pero nadie lo hizo. De hecho hicieron todo lo contrario. Nos agendaron una gira por Estados Unidos  en el que nos teníamos que ver todos los días en un autobús. Así que después de tres días en esa gira, nos separamos. William decidió irse. Yo terminé el tour porque teníamos que hacerlo pero The Jesus and Mary Chain se había terminado.

F: Me alegra que hayan regresado. ¿Cuál es el futuro de la banda?

J.R: De hecho, hace un par de semanas estuvimos en un estudio grabando un par de canciones. Aún no están mezcladas pero esperamos que para el próximo año las lancemos en un álbum.

Relacionados

Volver arriba