Fotos Fernando Martínez
Justo cuando podría pensarse que ya tenemos la agenda super saturada de festivales, apareció de la nada un nuevo integrante en la familia de Ceremonia, Trópico y Sónar México: Radiobosque.
Quizá la idea de un festival en temporada de lluvias no es la más emocionante de todas, pero al final ya no sabemos realmente cuándo tendremos un buen o un mal clima, por lo que moverse a Tepotzotlan era estar 100% conscientes de las condiciones a las que nos estaríamos enfrentando.
Y aunque a medio día cayó una lluvia intensa, el panorama cambió por completo conforme fue llegando la gente al lugar que, de entrada, además de presentarnos la parte musical comandada por Underworld en el escenario principal, llegó con la primicia de tener distintas actividades que resultaban atractivas para el ojo humano.
Una de ellas (y la más evidente) fue la ofrenda que colocaron a un costado del lugar con una serie de tributos a músicos que ya se nos adelantaron en el camino, como el caso de José José, así como un camino que quedó iluminado en cuanto cayó la noche.
Musicalmente el festival tenía nombres que no imaginábamos ver en un festival durante la recta final del año, principalmente Mr Twin Sister, pues al ser una de las bandas más infravaloradas de esta década, no pensamos que fueran a estar en la primera edición de Radiobosque y, ¿saben qué? nos alegra bastante que así haya sido, pues más allá del duelo por el que estaban pasando sus integrantes luego de enterarse del lamentable fallecimiento de uno de sus compañeros, decidieron salir adelante con el show y brindar una presentación simplemente exquisita con la que prometieron regresar pronto.
Lo mismo pasó con Lower Dens al caer la noche, pues el puente insípido que existió entre Mr Twin Sister y ellos a causa de Rhye, necesitaba tener el estímulo perfecto para que no termináramos cayendo en un limbo existencial donde quisiéramos regresar a nuestra casa. Es ahí donde Jana Hunter tuvo un papel fundamental al presentar una notable cantidad de temas del nuevo álbum de Lower Dens, así como el clásico «To Die in L.A.»
Mientras eso sucedía en el escenario principal, el Mayan Warrior también hizo su aparición en uno de los puntos del lugar, así como el laberinto intervenido por una instalación de CocoLab. Digamos que en Radiobosque todo comenzó a tomar una forma muy especial cuando cayó la noche, pues las luces fueron el complemento perfecto de este escape fugaz al bosque en pleno Día de Muertos.
Aunque Underworld, Hot Chip y DJ Windows 98 eran los platos fuertes del festival (y dieron muy buenos sets), llegó un momento donde el espíritu del lugar estaba flotando en una incertidumbre muy particular; una que ya es hasta normal dentro de un festival que empieza a dar sus primeros pasos, pues puede ser considerado como el hermano menor en la familia de ECO; uno que seguramente también irá creciendo en los próximos años.
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