Dean Hurley es uno de los colaboradores más cercanos de David Lynch y para Twin Peaks: The Return recurrió a él para que se encargara de diseñar el sonido de la serie.
Desde entonces el productor ha estado publicando composiciones ambientales a través de Sacred Bones y produciendo algunos proyectos de synth-pop en el rooster de Italians Do It Better, por lo que podría decirse que ha tenido unos años bastante activos.
Para darle seguimiento a sus experimentos en el estudio, ahora está por presentar uno de sus experimentos más ambiciosos, pues se trata de un mixtape que le rinde tributo a la cultura del collage titulada Big Balls, donde podemos escuchar un licuado de las bandas sonoras de películas de acción como Commando, Cobra, Rocky IV, Miami Vice, The Soldier, Raw Deal, Beverly Hills Cop II, Nemesis y hasta Tango & Cash.
El mixtape ya se puede conseguir en una edición en cassette desde el sitio de Boomkat y en caso de que las copias se terminen, estén pendientes porque en las próximas semanas aparecerá un nuevo tiraje con su respectiva versión en digital.
Acá abajo les compartimos un interesante análisis de Dean Hurley sobre la idea detrás de Big Balls:
«Hubo un período en el cine donde la cocaína estaba en partes iguales dentro y fuera de la pantalla. Las venas de la frente se hinchaban mientras los cuerpos en vehículos blindados se convertían en vapor a 24 frames por segundo. Identificar una película de ‘Big Ball’ es simple: En su espíritu cuenta con un tono particular de masculinidad en exhibición con una intensidad tan caricaturesca que se asemeja a casi un arte de vanguardia. Sin duda, el período de renacimiento de este género ocurrió a mediados de la década de 1980 hasta principios de la década de 1990, nutriendo y perfeccionando duraderamente subgéneros conocidos como las películas del ‘amigo policía’ y la del ‘vigilante’.
Las mejores bandas sonoras de estas películas parecían estar dirigidas por un criterio de «más es más». Esta actitud compositiva se fusionó con el desarrollo acelerado del sintetizador y el paisaje de los primeros samplers, con herramientas digitales como Fairlight y Synclavier, así como las síntesis FM y LA ya no limitan a los compositores a los sonidos tradicionales, al mismo tiempo que les permite alcanzar esos sonidos con un solo dedo. Los westerns desubicados ahora se estaban musicalizando con sintetizadores arpegiados, acordes de guitarra y un percusión implacable de 12 bits … casi se puede sentir la urgencia operística del director a través de cada composición individual.
En el centro de esta colección de música está la encarnación del over-score; un uso de MSG de audio casi esquemático que casi mejora el rendimiento que, en muchos casos, fue la columna vertebral del tono de alta presión arterial de Shepard de estas películas (y, a veces, una trama inferior). En cierto modo, este mixtape es un intento de deshacerse del vapor tóxico masculino de los orígenes fílmicos para reexaminar la profunda innovación musical y la experimentación en el trabajo por sí mismo».

 
  
  
 




