Cuando el nombre de Pussy Riot empezó a circular de forma mediática en 2012, daba la impresión que muchos países estaban demasiado alejados de los colectivos, manifestaciones y expresiones feministas, que durante varias décadas han luchado por erradicar el machismo que se sigue viviendo en distintas regiones del mundo dominadas por el patriarcado.
Esa impresión se convirtió en una curda realidad, comenzando por México, pues la tasa de feminicidios y agresiones sexuales en contra de las mujeres fue en aumento de forma abismal que, en esta era del Internet, ha tenido una mayor visibilidad con todo y que en múltiples ocasiones se trata de minimizar u opacar al publicar notas donde se hace enfasis en que son grupos «radicales», cuando en realidad se trata de mujeres que están luchando por sus derechos y una vida libre de violencia.
Las manifestaciones siempre suelen dejar al descubierto los puntos más débiles de la sociedad, partiendo del pensamiento individual donde todo el tiempo creemos que estamos en lo cierto, sin la posibilidad de abrirnos a un discurso que genere empatía por las causas de los demás, pues solo basta ver las redes sociales para ver el constante «si a mi no me afecta, no me importa».

En el caso de Pussy Riot, su detención en 2012 puso en los reflectores el abusivo sistema judicial operado por el gobierno de Vladimir Putin, lo que desde el inicio fue documentado en vídeo con el performance que dieron en la Catedral de Cristo Salvador de Moscú, con el que sus integrantes Nadezhda Tolokonnikova, Maria Alyokhina y Yekaterina Samutsevich fueron arrestadas y sentenciadas a prisión, mientras que el resto tuvieron que salir de Rusia porque estaban siendo perseguidas.
El caso fue narrado por Mike Lerner y Maxim Pozdorovkin en Pussy Riot: A Punk Prayer, un documental que fue presentado en 2013 en HBO y la BBC, donde aparecen entrevistas con sus familias e imágenes tomadas tanto del juicio como de las distintas expresiones de apoyo que se dieron alrededor del mundo, partiendo del circuito musical con figuras como Björk, Yoko Ono y Madonna.
El documental lo pueden ver completamente gratis en este enlace, pero por si acaso necesitan un contexto visual de su contenido, acá abajo les dejamos el trailer oficial de Pussy Riot: A Punk Prayer.





