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COBERTURA

Ólafur Arnalds: llenando de melancolía el Teatro Metropólitan

Fotos/Texto: José Ignacio Hipólito

La noche del 16 de junio, el multinstrumentista islandés Ólafur Arnalds terminó su gira por el mundo en la Ciudad de México. La sede para este último recital fue el Teatro Metropólitan, un espacio que al igual que muchos de los temas del músico, evoca nostalgia, añoranza, esperanza y paz.

El teatro pareció cobrar vida propia gracias a la presencia de Ólafur, ya que con sólo un par de luces cálidas, algunas sillas, varios pianos y un sintetizador en el escenario, la atmósfera invitaba a esperar pacientemente a los músicos que se presentarían en el lugar.  La ambientación también incluía una tenue niebla de hielo seco, pero lo más envolvente de todo era una tonadita de piano muy tenue que estaba saliendo de uno de los pianos en la tarima del escenario, un piano muy viejo que se tocaba por su cuenta y que parecía anunciar un resumen de lo que escucharía la audiencia durante una hora y media.

El concierto comenzó con una canción llamada “Árbakkin”, compuesta para el álbum Island Songs, uno dedicado al país que lo vio nacer: Islandia. El tema aparece en el disco con la colaboración de un poeta del Einar Georg, quien al principio de la canción se le puede escuchar leyendo un texto inspirado en la composición de Ólafur. En vivo, la voz de este escritor no está presente, pero para todos los que conocíamos la canción previamente, la lectura se escuchó en nuestras mentes como un eco inexistente presente entre las notas del piano y el cuarteto de cuerdas que acompañaba al islandés.

El concierto avanzó con piezas como “Only the Winds” y “New Grass”, hasta llegar, a “Beth’s Theme”, parte del soundtrack que Ólafar compuso para una serie de televisión llamada Broadchurch. Fue así que, poco a poco, nos fue adentrando a un mundo melancólico pero esperanzador con pocas notas de piano, violín y chelo, pero con un peso emocional muy fuerte.

Entre canciones el músico platicaba con la audiencia, contándonos pasajes de su vida y relatándonos lo que había detonado la composición de algunas de las piezas que escuchábamos. En una de estas pausas incluso experimentó con la voz de los mexicanos. Con ayuda de su micrófono, grabó a la audiencia diciendo “a” en unísono y utilizando su sintetizador, esas voces se replicaron y formaron parte de las piezas que interpretaba.

A mitad del concierto, Ólafur parecía desconcertado por algo, y dirigiéndose a la audiencia confesó que algo se había descompuesto; un cable parecía estar mal conectado. El silencio mientras arreglaban el problema no duró mucho, ya que alguien entre la audiencia gritó: “¿Qué tal si te cantamos a ti?” e inmediatamente empezó a entonar “Cielito Lindo” acompañado de muchas otras decenas de mexicanos.

“Esto nunca me había pasado en ningún lugar”, contestó el pianista islandés, para después decir que era su turno de tocar canciones para nosotros, la audiencia.

“Happiness Does Not Wait”, “Undir” y “Nyepi” también fueron interpretadas por Ólafur y su cuarteto de cuerdas, pero no fueron los únicos encargados de la música. El piano que tocaba por su cuenta antes de que empezara el concierto también ayudó a interpretar muchas de las canciones del pianista, y al igual que a sus músicos, presentó al piano y nos contó su historia.

Años atrás, Ólafur no podía tocar el piano. Una de sus manos se había roto, por lo que le era imposible continuar componiendo y presentándose en vivo, así que decidió formar un proyecto de música electrónica llamado Kiasmos, en el que no se requería la misma dexteridad en las manos para tocar frente a una audiencia y así podía seguir con lo que más le apasionaba: componer e interpretar música.

Por unos años, este proyecto hizo giras por todo el mundo y en una de sus paradas, Ólafur vio un piano que interpretaba la canción “Imagine” de John Lennon por su cuenta. Con su mano dañada y muchas ideas en la cabeza, él se preguntó ¿por qué no compró un piano de estos? Y fue así que el piano se volvió parte de su banda en vivo.

La penúltima canción del concierto de su gira fue una de las más emocionales: “We Contain Multitudes”, un tema dedicado a la abuela del compositor. Previo a interpretarla, él contó que cuando era un niño, su abuela le llamaba por teléfono para que fuera a su casa a arreglar su radio, pero que, cuando llegaba, su radio estaba en perfecto estado. Ella sólo quería consentirlo con sus comidas favoritas, mientras escuchaban piezas de Chopin. Fue así que, según él, se sentaron las bases de su formación musical.

Una vez que terminó la canción dedicada a la madre de su madre, la audiencia mexicana pidió una más y sin ayuda de su cuarteto de cuerdas, Ólafur interpretó “Lag Fyrir Ömmu”, tema que compuso durante la pandemia y que está recopilado, junto a otra decena de canciones, en su álbum Lving Room Songs, que como su nombre lo indica, hace referencia a los temas que compuso en la sala de su casa durante el confinamiento del 2020.El concierto terminó de la misma manera que comenzó, con tenue tonadita de piano que salía de uno de los pianos del escenario, ese piano automático que Ólafur compró después de verlo cuando estaba de gira. Y fue así que la noche del 16 de junio, el multinstrumentista islandés Ólafur Arnalds terminó su gira por el mundo en la Ciudad de México.

Setlist

Árbakkinn
brot
Only the Winds
Loom
New Grass
Still / Sound
Beth’s Theme
Spiral
Woven Song
Momentary/Saman
Happiness Does Not Wait
Ypsilon
Undir
Ekki Hugsa
Nyepi
Doria
We Contain Multitudes
—————————–
Lag fyrir ömmu

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