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COBERTURA

Porter Robinson: El éxtasis de la felicidad en el Pepsi Center WTC

Fotos/Texto: José Ignacio Hipólito

El 31 de marzo, a tan solo un par de semanas del solsticio de primavera, el Pepsi Center WTC de la Ciudad de México vio nacer flores en las miradas de todos los asistentes al concierto del productor, cantante y multinstrumentista estadounidense: Porter Robinson.

Y no es la primera vez que ocurre. El año pasado durante el Festival Vaivén, el oriundo de Carolina del Norte, acompañó a miles de mexicanos a ver nacer la primavera. No es una coincidencia. El músico quiere hacer sentir a todos sus escuchas en la naturaleza, por eso su último álbum se llama Nurture, por su cercanía a la palabra “nature” y por ende, al problema filosófico de “nature vs. nurture”, en el que se cuestiona el qué tanto de nuestra “persona” depende de cómo nos crían (nurture), o de nuestra naturaleza genética (nature).

Su show está construido alrededor de la premisa de que todos podemos cambiar nuestra naturaleza, y cómo podemos mejorar la manera en la que nos tratamos. No por nada, una de las primeras canciones en su set es “Look at the Sky”, en la que el coro repite como mantra “Look at the sky, I’m still here, I’ll be alive next year, I can make something good…”.

Canciones como “Sad Machine”, que Robinson combinó con una versión acústica de “Lionhearted” solo para su presentación en México, “Do-Re-Mi-Fa-Sol-La-Ti-Do” y “Trying to Feel Alive”, fueron algunas de las que hacían eco a esos mensajes anti-depresivos que culminaron en las lágrimas de muchos de los asistentes.

Las lágrimas no fueron la única sorpresa. Antes de su concierto, el músico presumió en sus historias de Instagram su gusto por los Swinkles rellenos y los Rancheritos, pero también lanzó una encuesta: ¿Qué canción no debería faltar en su set? La respuesta ganadora fue “blossom”, pero en segundo lugar quedó “mother”, y sin que sus fanáticos o pudieran adivinar, ambas canciones llegaron a los oídos de todos los mexicanos, a los que el cantante agradeció por haberse sumado a la dinámica.

El concierto terminó con un encore de una triada de canciones: “Get Your Wish”, “Shelter” y “Goodbye to a World”, con las que el Pepsi Center WTC de la Ciudad de México se terminó de transformar en un espacio catártico en la que todos los asistentes gritaron sus penas y fueron consumidos por la felicidad eterna que promete la música del genio Porter Robinson.

Un show de Porter Robinson se siente como una combinación entre ir al paraíso, el cénit de los efectos de consumir MDMA y estar en una convención de autoayuda en la que todos los participantes son fanáticos del anime. Esperemos regrese muy pronto. 

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