Fotos: Liliana Estrada
Por: Azucena Granados
Hace años la broma estaba en las redes. A todos les parecía un chiste que Placebo visitara México tan seguido, hasta había memes. “Placebo ya paga predio” decían. Incluso hace un año, cuando se anunció su visita tras años de ausencia, las burlas volvieron. Seguro aquellos que publicaron al respecto se presentaron en el Palacio de los Deportes para ver a la banda inglesa, porque seamos realistas, verlos en vivo es todo un suceso.
Y no cansa. Ante un lleno total, se presentaron en el domo de cobre de la Ciudad de México, todos se reunieron para celebrar junto al ahora dúo conformado por Brian Molko y Stefan Olsdal el lanzamiento de su octavo álbum de estudio, Never Let Me Go, además de algunos de sus éxitos.
Con un escenario acoplado para que Molko y Olsdal tuvieran total protagonismo, 12 pantallas rectangulares que reunían una sola imagen, partida en partes, y un juego de luces que por una parte daba toda la atención a Placebo, y por otra alumbraba al público cuando levantaban sus teléfonos para grabar, la banda salió a las 21 horas en punto para romper un silencio de recitales en nuestro país que duró seis años.
Antes, Vondré, banda mexicana de rock alternativo, salió al escenario para calentar los ánimos. Cumplió. El público ya quería ver al dueto inglés, pero minutos antes de que esto sucediera, se escuchó la voz de Brian Molko en completo y casi perfecto español:
“Queremos que disfruten este show, por lo que, para tener un mejor contacto con ustedes, el uso de teléfonos celulares no está permitido; evitemos molestar a los demás, para que todos disfruten del concierto”.
La presentación el domingo 16 de abril en el Lunario del Auditorio Nacional, aunque fue anunciada como un concierto acústico, fue lo mismo, pero para un público más pequeño. En el Palacio de los Deportes sí tuvieron oportunidad de presentarse ante una mayor cantidad de asistentes y con toda la fuerza que la banda ha mostrado en sus más de 25 años de carrera.
Brian Molko sabe cómo prender al público, aun cuando Placebo mismo no es una banda que tienda a motivar al slam, a tener canciones insignia o a grandes éxitos que se transmitan en los medios más grandes. No. Pero sí tiene sencillos que han marcado a generaciones, discos que han trascendido en los fans, y un sonido potente que impacta desde los primeros acordes.
La noche inició con temas de su más reciente disco, tal y como se esperaba, «Forever Chemicals», «Beautiful James» y «Hugz». En algún momento de la noche, hubo un acercamiento con el público. “Buenas noches, México”, continuó Molko con su español: “Mi nombre es Brian y mi banda de rock se llama Placebo. Esto se llama Feliz Cumpleaños En El Cielo, y va para mi hermano”. Y tocaron «Happy Birthday In The Sky».
La primera parte correspondió al nuevo álbum, con algunos temas poco conocidos de otros discos, como «Scene Of The Crime» o «Bionic», fuera de eso, en esa parte del show se escuchó «Twin Demons», «Surrounded By Spies», «Chemtrails», «Sad With Reggae» y «Try Better Next Time», pero algo pasó después que cambió parte del plan.
Cuando la banda se disponía a tocar «Too Many Friends», Stefan Olsdal reportó un problema con el piano que subieron al escenario previamente; mientras los técnicos intentaban corregir la falla, el dueto interactuó con el público. Sin embargo, decidieron retirarse un momento mientras se corregía la falla. No sucedió: 10 minutos después apareció Brian diciendo “lo lamentamos, pero el show tiene qué continuar”, y pasaron a los éxitos de antaño.
Este detalle no fue improvisado, durante toda la gira, la segunda parte del show corresponde a tocar parte de los grandes éxitos de la banda. Ahí fue donde entraron «For What It’s Worth», «Slave To The Wage», «Song To Say Goodbye» y «The Bitter End».
La banda terminó con «Infra-Red», dejando respirar al público por algunos minutos. Tras el primer encore, el piano regresó al escenario y ahora sí, interpretaron «Too Many Friends» y «Went Missing». Terminar un concierto no debe ser fácil tras la energía desprendida, pero Molko, Olsdal y compañía tenían qué hacerlo con los últimos temas. Covers, nada propio, pero con todo el sello de Placebo: «Shout» de Tears For Fears y «Running Up That Hill» de Kate Bush.
Sin dar un respiro y sin evocar la nostalgia, Placebo cumplió con el público mexicano al presentar casi en su totalidad los temas del álbum Never Let Me Go, y si bien faltaron muchísimos éxitos, la banda prefirió ver hacia adelante y centrarse en lo nuevo. De cualquier forma, todos quedamos satisfechos con el show. Años sin verlos, la ausencia se llenó y finalmente, el meme perdió su chiste.
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