Fotos: Paola Baltazar
Por: Ernesto Olvera
Andrew Eldritch ha estado bastante seguro y confiado del trabajo que está haciendo The Sisters Of Mercy durante su gira actual, pues, no solo decidieron viajar a Estados Unidos después de 15 años, sino que aprovechó la oportunidad para modificar el setlist tradicional de la banda con la adición de música nueva.
Como tal, no hemos tenido un álbum de The Sisters Of Mercy desde aquel Vision Thing de 1990 y, aunque Eldritch dijo que haría un nuevo álbum sí Donald Trump resultaba ganador en las elecciones de Estados Unidos en 2017, al final terminó su mandato y no cumplió con su promesa.
Previo al inicio de su gira norteamericana confesó que no le emocionaba mucho la idea de rentar tiempo en un estudio, entrar a grabar y buscar la manera de distribuir un álbum, pese a que las canciones que están tocando son «realmente buenas».

Este martes 13 de junio tuvimos oportunidad de escuchar varias de ellas con una selección que incorporó algunos de los clásicos más notables de su discografía, pero con arreglos que reforzaban la intensidad que predomina en las guitarras de su nuevo material.
Con eso en mente, resultó un poco contrastante que la banda invitada fuera el reflejo de los clichés que solían molestar a Andrew Eldritch cuando en los 80 y 90 se le hacía mención de la cultura gótica: Prismatic Shapes, una banda que adora la atención cuando bajan del escenario.
Su sonido podrá estar bien intencionado, pero al escuchar la progresión de sus grabaciones es inevitable no sentir que cada canción es un intento por sonar a Joy Division, New Order o la monotonía del » post-punk ruso» tipo Motorama, sin tener un elemento distintivo o un toque propio que no tenga que ver con el caricaturizado glam de sus atuendos para forzar la atención de los asistentes al final del concierto.






Después de su breve actuación, fue momento de enfocarnos de lleno en las notas de «Don’t Drive On Ice» y «Ribbons», siendo las canciones que cortaron el listón durante el regreso de The Sisters Of Mercy al Circo Volador, mostrando una renovada alineación que los hizo acreedores de posiciones importantes en festivales como Sick New World.
Seguido de eso, nos presentaron el clásico «Alice». Cabe mencionar que en las primeras canciones hubo algunos detalles técnicos en el audio y el volumen del micrófono, algo que para «But Genevieve» y «Dominion/Mother Russia» fue solucionado sin mayor detalle.
Si tuvieron oportunidad de ver a la banda en el pasado, sabrán que no es muy común que el escenario se ilumine tanto o que suelan tener mucha interacción con la audiencia, pues es una banda que llega directamente a tocar y dar lo mejor de sí. En esta ocasión, pudimos notar a un Andrew mucho más confiado al desplazarse de lado a lado pero sin perder el porte un tanto tímido que siempre lo ha caracterizado.






El concierto estuvo integrado por 20 canciones que se pasaron volando, incluyendo «Marian», «Doctor Jeep / Detonation Boulevard» y más canciones nuevas/inéditas como «Eyes Of Caligula», donde su mutación instrumental fue evocando el espíritu de bandas de su generación como Thrill Kill Kult.
Sabemos que la mayoría fue por los clásicos y el encore estuvo lejos de defraudar con «Lucretia My Reflection», «Temple Of Love» y «This Corrosion». Sin embargo, resulta muy interesante ver que, pese a que no han sacado un disco desde 1990, las canciones que están tocando las tienen muy bien elaboradas y ensayadas, y no sería nada descabellado pensar que el sucesor de Vision Thing está terminado, es real y estos conciertos son una forma de ponerlo a prueba antes de tomarnos por sorpresa.
Haciendo a un lado las especulaciones, siempre es un placer tener a The Sisters Of Mercy en nuestro país.








