La música experimental es un complejo mundo de posibilidades infinitas, principalmente cuando se profundiza en el ambient y el minimalismo electrónico que está siendo trasladado a instrumentos de viento y órganos que entablan una conversación directa con equipos analógicos.
Ya lo vimos con las pioneras de los años 60 y 70 con el uso de cintas y la manipulación de grabaciones con las que se pusieron las bases de la música electrónica.
Esa misma pasión está siendo adoptada actualmente por compositoras como Kali Malone, quien partió de la concepción de drone y música un tanto extrema que le cerraba más el ojo al noise, para ahora enfocarse en un estilo mucho más clásico y etéreo.
Recientemente ha estado colaborando de cerca con Stephen O’Malley de Sunn O))) y Lucy Railton, algo que no solo fortalece su visión para dibujar paisajes envolventes y meditativos en lienzos en blanco, sino que también la ha llevado a explorar terrenos mucho más complejos con el apoyo de un coro, ensambles de cuerdas y órganos monumentales.
Es así como el 9 de febrero nos presentará All Life Long, su nuevo álbum con 12 composiciones donde la estructura del sonido es proyectada con mucha delicadeza y un enfoque artesanal donde Kali Malone logra encontrar el equilibrio perfecto entre lo meditativo y lo extremo.
El más reciente sencillo es «No Sun To Burn (for brass)» y lo pueden contemplar a continuación.