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COBERTURA

Ethursday7
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We Missed Ourselves: el sueño de ver a Thursday, Falling In Reverse, Escape The Fate y Killswitch Engage

Fotos: Óscar Villanueva

¿Recuerdan lo que estaban haciendo entre el 2006 y 2008? Si ya tenían la edad suficiente -considerando que nos este leyendo un Gen Z- es probable que estuvieran muy ocupados en Myspace, tanto seleccionando su Top 8, creando conexiones, sintiéndose expertos en HTML al modificar su layout y, por supuesto, pasando un tiempo considerable eligiendo su canción de perfil.

Eran tiempos simples, a su vez mágicos, y que quedaron inmortalizados por los entonces ‘influencers’ denominados como scene que, de cierta manera, moldearon toda la estética visual que poco a poco se fue adhiriendo al universo del emo: delineador, fleco que tapa el ojito, un poco de glam, ropa de marca Famous y sus respectivos Vans o Converse.

Gracias a plataformas como Myspace, fue que las comunidades de teens que empataban con la estética emo se comenzaban a reunir en distintos puntos alrededor del mundo. Sin irnos tan lejos, en la Ciudad de México sucedía en la Glorieta de Insurgentes y en el extinto espacio llamado Los Sillones (un tipo Centro de Salud, pero con un sillón).

El tema con el fenómeno Emo de ese entonces, es que se fue desatando una confusión muy particular sobre lo que era emo, lo que no era emo, lo que solamente era una forma de vestir y el pleito que se armó con los cñores puristas del punk, metal y goth.

Escape The Fate era una de las bandas que entraba en la conversación con la aparición de «Situations», así como Blessthefall, Alesana y hasta los inicios de Bring Me The Horizon con un Oli Sykes que aparecía en todas partes junto con la cara de Sonny Moore (aka Skrillex). El estilo estaba muy bien definido, aunque musicalmente estos proyectos no estaban tan relacionados con lo que hicieron bandas como American Football en la concepción del emo durante los 90.

Al final, lo que sucedió hace 15 años dejó una huella imborrable para quienes se consideraban emo, scene, hardcore o 3m0xitoZ; no importa las bandas que hayan sonado en su playlist de iTunes, al final la idea detrás del We Missed Ourselves fue congregar a todas esas personas que en la época de Myspace no podían pagarse un boleto para ver a estas bandas (que tampoco era tan fácil que vinieran) y, en este 2024, no solo pueden asistir a un festival como este en el Velódromo Olímpico, sino también presenciar actos mucho más actuales que se han ganado spots como headliners en festivales alrededor del mundo como Falling In Reverse.

Con eso en mente, no les vamos a mentir: fue muy satisfactorio llegar desde temprano al festival para ver a Axty y Blessthefall, siendo el inicio perfecto de una jornada que prometía llevarnos de regreso a la época adolescente (o la edad que tuvieran hace 15 años), para después darnos la oportunidad de ver en vivo a Hawthorne Heights; una de las bandas que desde su nacimiento fue ganando terreno en género con, los ahora funados, Brand New.

En términos generales el We Missed Ourselves fue bastante satisfactorio pese a que las condiciones climáticas amenazaban con una lluvia constante desde temprano, pero afortunadamente nos dejó aguantar un poquito para disfrutar por primera vez a Thursday, cuya visita a la Ciudad de México se fue prolongando por un tiempo ridículamente largo.

Actualmente se encuentran en su segundo aire después de retomar las actividades del hiatus que inició luego del lanzamiento de No Devolucion, material donde nos encontramos con la versión más vibrante de Thursday y que en este momento sigue alineando las piezas para trabajar en más música nueva.

A nivel personal, la visita de Thursday fue lo que más nos emocionaba de toda la primera edición del festival. El significado que tiene poder haberlos visto en la Ciudad de México fue bastante especial y deseamos con todo el corazón que no tengan que pasar otra eternidad para tenerlos de regreso.

La presentación de Thursday fue dulce, poderosa y emocionante, pese a que la respuesta de gran parte del público se sentía un poco limitada en comparación a lo que vino después con el poderío de Killswitch Engange pero, ¿la verdad? tiene todo el sentido del mundo considerando que el festival fue elevando su nivel de intensidad conforme nos acercábamos a la noche.

Y si, justo cuando se pensaba que la lluvia nos dejaría un poco en paz, entre los sets de Falling In Reverse y Alesana nos dimos la empapada del mes, solo que eso no impidió que el festival disminuyera su intensidad y mucho menos la entrega que tuvieron las bandas sobre el escenario.

Para ser su primera edición, We Missed Ourselves logró cumplir con su cometido. Quizá el cartel no fue enteramente emo y tampoco fue el reflejo de lo que sucedía en la época de Myspace, pero terminó siendo algo mucho mejor: una mirada al pasado, presente y el futuro de las cosas que pueden construirse en este hermoso espacio instalado en el Velódromo Olímpico.

¡Ojalá nos volvamos a encontrar en 2025!

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