Foto: Óscar Villanueva
Por: Felipe Corrales
Dream Theater festejó sus 40 años de carrera con un concierto en la explanada del Estadio Azteca. Esta gira volvió a reunir al grupo con su alineación original incluyendo a Mike Portnoy en la batería. Con un setlist lleno de clásicos y sorpresas, la banda demostró por qué es uno de los referentes más grandes del rock progresivo.
El show arrancó con «Metropolis Pt. 1: The Miracle and the Sleeper», un clásico que encendió a la audiencia. Temas como «Overture 1928» y «Strange Déjà Vu» sumergieron a todos en el universo de Scenes From a Memory, transportándolos a los inicios del grupo.
Durante la primera parte, canciones como «Panic Attack» y «Constant Motion» destacaron por su energía explosiva y la precisión impecable de la banda. Por otro lado, piezas más tranquilas como «Hollow Years» permitieron disfrutar del lado más melódico y emotivo del grupo, con una interpretación conmovedora de James LaBrie.
La segunda parte del concierto llevó la experiencia a otro nivel. Un medley instrumental con momentos de cada álbum mostró la increíble evolución musical de la banda a lo largo de los años. Canciones como «Under a Glass Moon» y la monumental «Octavarium» dejaron sin palabras a los fans, combinando virtuosismo, emoción y una ejecución impecable.
Para el gran cierre, Dream Theater proyectó un fragmento de El Mago de Oz con “There ‘s No Place Like Home” antes de tocar tres canciones inolvidables: «Home», «The Spirit Carries On» y «Pull Me Under». El público ovacionó de pie mientras la banda se despedía tras una noche que será recordada por mucho tiempo.
Este concierto no solo fue una celebración de cuatro décadas de música, sino un recordatorio del nivel de excelencia que Dream Theater ha mantenido a lo largo de su carrera. Una noche llena de técnica, emoción y momentos únicos para los amantes del progresivo.
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