Fotos: Santiago Covarrubias
Arcade Fire tuvo una ronda de cuatro discos impecables donde buscaron la forma de conectar con el escucha a través de las emociones; creando canciones que no solo tenían la posibilidad de hacernos suspirar o robarnos el aliento, sino también adquirieron una forma camaleónica donde también podíamos levitar en la pista de baile.
Funeral, Neon Bible, The Suburbs y Reflektor son perfectos de principio a fin; son un mundo con el que la banda se posicionó como una de las más grandes e importantes de nuera era, sin mencionar la notable cantidad de colaboraciones que hicieron con artistas de culto como David Bowie y David Byrne, sin mencionar los músicos virtuosos que han brotado de su alineación como Sarah Neufeld, Owen Pallett y Colin Stetson.

En ese momento no solo hablábamos sobre Arcade Fire como una banda, sino de una escuela de familiares y amigos que estaban viviendo el sueño de algo que no pensaban alcanzar durante el doloroso proceso creativo de Funeral.
Sin embargo, cuando llegó Everything Now fue evidente que cambiaron cosas al interior de la banda. Por un lado, se mostraban muy confiados, seguros y después de una ronda de 4 discos impecables, parecía que estábamos ante un material completamente despreocupado con el que solo quisieron pasarla bien.
Desafortunadamente los cambios no solo se dieron en la estructura musical, sino también en sus vidas personales; pues, semanas después del lanzamiento de WE surgieron varias denuncias sobre el comportamiento que tuvo Win Butler con algunas parejas durante el periodo promocional de Everything Now (algunas de ellas, menores de edad), lo que vino a oscurecer aún más el inicio de esa nueva etapa de la banda.


Entre el periodo de cancelación, redención y un proceso que aparentemente se quedó en términos legales (hasta donde sabemos…), ahora Arcade Fire está de regreso con un nuevo álbum llamado Pink Elephant y, aunque hace unos años fueron headliners del Corona Capital, en esta ocasión decidieron iniciar la gira promocional del álbum con dos conciertos en el Teatro Metropólitan de la Ciudad de México.
¿El resultado? Fue bastante interesante. La primera parte de su presentación se enfocó por completo en las canciones de su nuevo álbum, incluyendo el sencillo «Year Of The Snake» que estuvieron vendiendo en una pequeña edición de 7″ y, hasta el momento, será un lanzamiento exclusivo de sus conciertos.
Entendemos que la banda haya optado por darle prioridad a Pink Elephant con todo y que faltan un par de semanas para ser editado; sin embargo, la segunda parte de su presentación brilló tanto por los éxitos como por la ausencia de una abundante cantidad de canciones favoritas como «Rebellion (Lies)», «Neightborhood #3 (Power Out)», «Reflektor» y «No Cars Go».




Si bien todavía necesitamos escuchar un poco más las canciones de Pink Elephant, en este debut parecían embonar más con la faceta dulce y electrónica de su repertorio, razón por la que tiene sentido que hayan incluido más canciones como «Creature Comfort», «Afterlife» y «Everything Now» en lugar de algo de Neon Bible (aunque por ahí se coló «My Body Is A Cage»).
Como banda, Arcade Fire sigue siendo grandiosa sobre el escenario y cada uno de sus integrantes logra destacar por su propia cuenta, especialmente Regine con su elegante porte en «Sprawl II (Mountains Beyond Mountains)».
En el ámbito personal, es un hecho que existen cosas cuestionables sobre el estatus de las denuncias de Win Butler, pero la conexión que logra establecer con la audiencia permanece intacta y eso es algo que quedó al descubierto en cuanto llegó el climax con «Wake Up», sin mencionar que minutos antes de que iniciara el concierto salió a la calle para comprar algunas playeritas piratas.
Verlos en 2025 puede ser una experiencia tanto satisfactoria como frustrante en el mundo de la cancelación; pero eso ya depende de cada uno de ustedes.
