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COBERTURA

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Tecate Emblema 2025: todo se reduce a The B-52’s y Alanis Morissette

Fotos: Óscar Villanueva
Por Felipe Corrales

Acabamos de vivir una edición más del Tecate Emblema, y esta vez fueron dos días de jornada tranquila para nuestra redacción. No estamos tan familiarizados con muchas de las propuestas pop actuales, pero los pocos sets que alcanzamos a ver nos dejaron un agradable sabor a nostalgia: desde ecos de los ochenta y noventa hasta uno que otro hit de los dosmiles.

La afluencia fue notablemente relajada. No hubo ese caos habitual entre escenarios que uno suele asociar con este tipo de festivales. Aun así, el ambiente se sentía cálido, cómodo y muy disfrutable.

Al llegar, desde lejos y con toda calma, escuchamos “Unwritten” de Natasha Bedingfield, ese clásico turbo-dosmilero que aún sigue sonando en más de un romcoms de la  actualidad.

Nuestro plato fuerte del viernes fue sin duda The B-52’s, leyendas absolutas. Fred Schneider, con su inconfundible tono hablado y teatral, junto a las armonías vocales de Kate Pierson y Cindy Wilson, nos hizo bailar durante más de una hora.

Sonaron joyas como «Strobe Light», «Roam», «Mesopotamia», «Dance This Mess Around», «Party Out of Bounds», y por supuesto, «Rock Lobster» y «Love Shack». Un set vibrante entre surf rock y pop kitsch, lleno de humor, color y una energía tan peculiar como entrañable. Un verdadero ritual de celebración a su legado musical.

Para cerrar el día, el high energy de Patrick Miller y los éxitos dosmileros de David Guetta retumbaban en dos escenarios distintos, pero preferimos guardar energía para el día siguiente.

El sábado llegamos al atardecer, con un clima entre nubes y calor bochornoso, típico de la CDMX por estas fechas. Luego de recorrer los food trucks y pagar la cerveza más cara de nuestras vidas, nos dirigimos al escenario principal para ver a Will Smith y Alanis Morissette.

Decir que Will Smith es un ícono del entretenimiento es quedarse corto: su cara está en el ADN de muchas generaciones. Verlo dar un show musical fue una experiencia muy extraña pero al menos escuchamos los soundtrack de Bad Boys, el Principe del Rap y, claro, Men In Black.

Por su parte, Alanis Morissette fue, curiosamente, lo más «rockero» del día guardando proporciones. Su set tuvo una vibra casi terapéutica. Su voz es una cápsula de nostalgia y escuchar temas como «Sorry to Myself», «Would Not Come», «Ironic», «Thank U» y «You Oughta Know» fue revivir gloriosamente los años noventa.

El cierre del festival llegó con Pitbull, quien convocó a una multitud con calvas falsas incluidas para revivir los hits que marcaron muchas fiestas de preparatoria. Todo un showman, entregado a su gente, cumpliendo con su papel autoproclamado de Mr. Worldwide.

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